Como la gran mayoría de sus familiares, los frutos secos, la castaña es un alimento típicamente otoñal. Sin embargo, gracias a las distintas formas de conservación, hoy en día podemos encontrar castañas, en perfecto estado, en cualquier época del año.
En el caso de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Castaña de Galicia, la caída del fruto se produce de forma espontánea y la recolección se realiza de forma manual, en un plazo no superior a 48 horas tras la caída, introduciéndose en recipientes perfectamente identificados y que permiten una adecuada ventilación.
Los frutos cosechados se someten a procesos de selección, limpieza y calibrado, asegurando así que reúnan las características que les confiere su especificidad. Los productos transformados amparados por la I.G.P. son: castaña congelada, castaña seca, castaña al natural y harina de castaña, todos ellos muy versátiles en la cocina, de modo que dan lugar a platos como este Falso botillo de castañas, una receta de Juan Lázaro Araujo, finalista en el V Concurso de Recetas Cocina con Castaña de Galicia.
Falso botillo de castañas
INGREDIENTES
- 1 tripa de botillo salada
- 150 g de calabaza
- 150 g de castañas crudas peladas
- 80 g de grelos limpios
- 250 g de costillas de cerdo fresca
- Sal
- 1 ajo
- Laurel
- Pimentón
- Orégano
- Unto
- Clavo
- Pimienta negra en grano
ELABORACIÓN
Limpiamos la tripa de la sal, y la dejamos a remojo en agua fría con unas rodajas de limón 24 horas.
Cortamos la costilla de cerdo en trozos y adobamos con el orégano, el ajo, el pimentón y la sal a gusto, y dejamos reposar en nevera de 24 a 32 horas.
Una vez esté todo listo, pelamos la calabaza y la cortamos en dados de unos 2 cm. Cortamos los grelos, y vamos rellenando la tripa ingrediente por ingrediente, para que cuando se corte se diferencien bien entre ellos.
Una vez rellena la tripa, la atamos y untamos por fuera con algo de pimentón húmedo para que coja color.
Ponemos agua abundante a hervir con un trocito de unto, dos clavos, unas bolitas de pimienta y bus hoja de laurel. Una vez comienza a hervir, metemos el botillo —al que previamente le hemos clavado un palillo de cocina y se lo dejamos clavado durante la cocción—, y lo dejamos cocer a fuego lento durante una hora y media, aproximadamente.
Servimos acompañando con unos cachelos cocidos en esa propia agua de cocción.





