Las perspectivas de los responsables de negocios de hostelería respecto a la evolución de la actividad en los próximos meses son un poco menos pesimistas en el primer trimestre de 2012, según muestra el último Indicador de Confianza de la Hostelería realizado por la Federación Española de Hostelería (FEHR) y la Universidad Nebrija. Según estos […]
Las perspectivas de los responsables de negocios de hostelería respecto a la evolución de la actividad en los próximos meses son un poco menos pesimistas en el primer trimestre de 2012, según muestra el último Indicador de Confianza de la Hostelería realizado por la Federación Española de Hostelería (FEHR) y la Universidad Nebrija.
Según estos datos, al día de hoy las expectativas futuras son menos negativas que las de los trimestres anteriores, aunque no llegan al valor neutro que se alcanzó en el primer trimestre de 2011. Sin embargo, a pesar de haberse suavizado la tendencia de expectativas negativas, la mayoría de los hosteleros encuestados ven con pesimismo la próxima temporada de verano y sólo una de cada diez empresas pronostica unos meses de verano positivos en cuanto a las ventas.
A pesar de todo ello, en comparación con los meses anteriores, en el primer trimestre del año se continúan acentuando las perspectivas negativas tanto respecto al mismo trimestre del año anterior, como a los tres meses precedentes, siendo la peor valoración de los últimos trimestres.
La caída de la demanda, principal problema
Los empresarios de hostelería continúan señalando la caída de la demanda y la situación adversa de la economía como los principales problemas a los que se enfrentan, manteniéndose prácticamente la valoración igual que en los últimos trimestres. Sin embargo, aumenta la preocupación por los costes de la energía, mientras que ha ido descendiendo en los últimos trimestres la referida a los costes salariales, lo que refleja que la reforma laboral aun no tiene efecto en la hostelería o su impacto es pequeño.
Destaca que a nivel general las valoraciones de los factores externos son más bajas que las de los internos, percibiéndose entre ellas como las más relevantes, al igual que en el trimestre anterior, la falta de confianza social de la demanda y los costes financieros y restricciones de crédito.
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