Los quesos suizos son conocidos en todo el mundo por el cuidado y a las características artesanales con las que se elaboran. El pastoreo de las vacas es obligatorio en este país donde está totalmente prohibido el uso de hormonas y antibióticos en la crianza de ganado y donde ningún queso puede fabricarse con aditivos químicos.
Para elaborar un queso suizo se utiliza casi el doble de leche que para fabricar un queso de producción industrial. Las queserías reciben dos veces al día la leche recién ordeñada para garantizar la elaboración de un producto fresco y sano. El uso de leche cruda, no pasteurizada, posibilita un sabor más intenso y potencia los aromas derivados del pasto y forrajes.
Unos sabores que se deben, en esencia, a la leche con la que se elaboran, no pasteurizada y de las mejores vacas, vacas no hormonadas y alimentadas con pastos del prado, heno y hierbas naturales. Gran parte del mérito es de éstas, pero, son los maestros queseros suizos los que siguiendo el mismo proceso que cientos de años atrás, se encargan de transformar la leche en quesos de excelentísimo sabor, sin aditivos, ricos en vitamina D y aptos para intolerantes al gluten y a la lactosa, quesos que dan lugar a platos como esta Baguette de Gruyère AOP al ajo, una receta ofrecida por Quesos de Suiza.
Baguette con cecina, espinacas y queso gruyere
INGREDIENTES
Para 4 personas
- 150 g de queso Gruyère
- 3 o 4 dientes de ajo
- 125 g de requesón
- Mayonesa
- 2 tomates
- Un puñado de espinacas tiernas
- 75 g de cecina
- 2 baguettes
- Sal y pimienta
ELABORACIÓN
Picamos finamente los dientes de ajo y les agregamos el requesón, la mayonesa, la sal y la pimienta.
Cortamos los tomates en láminas finas.
Con un cuchillo pelador hacemos virutas con el queso Gruyere.
Abrimos las baguettes a lo largo, las cubrimos con la mezcla del requesón, añadimos las espinacas, encima la cecina, las virutas de queso y las láminas de tomate, juntamos los panes y dividimos por la mitad en dos.
Servimos acompañando los bocadillos de una ensalada al gusto.
