Vivir en España significa disponer de una oportunidad única para consumir los productos más característicos de la Dieta Mediterránea, como por ejemplo, las frutas, hortalizas, y sus transformados en zumos, conservas y ultracongelados, puesto que es posible conseguirlas fácilmente y a un precio razonable, facilitando así una dieta equilibrada y saludable.

El proceso por el que pasan las verduras congeladas permite procesar la materia prima vegetal de forma eficiente y con bajo impacto ambiental. Además, el producto llega al consumidor limpio y troceado, impidiendo que se generen desperdicios. Pero, ¿y desde el punto de vista nutricional? ¿conservan las verduras congeladas sus propiedades? En torno a las propiedades nutritivas de las verduras congeladas han girado muchos mitos, sin embargo, según la Asociación Española de Fabricantes de Vegetales Congelados (ASEVEC) ya son varios los estudios que han demostrado cómo, gracias al proceso de la ultracongelación, se preservan prácticamente intactas sus propiedades.

“El proceso que siguen las verduras congeladas es un gran desconocido para la población. La principal diferencia entre una verdura fresca y una congelada es que, la segunda se congela a gran velocidad y en continuo movimiento para conservar la calidad, sabor y valor nutricional del producto. El proceso se realiza con aire a menos cuarenta grados, que permite que el producto alcance rápidamente la temperatura de menos veinte, evitando así roturas de tejidos y pérdida de fluidos”, explica Álvaro Aguilar, secretario general de ASEVEC.

Otra de las ventajas que presentan estos productos es que ayudan a evitar el desperdicio alimentario y son medioambientalmente sostenibles. Su tratamiento permite que lleguen al consumidor limpias, enteras o troceadas, por lo que no generan desperdicios y, además, son de uso fácil y rápido, ya que se presentan listas para cocinar, dando lugar a elaboraciones como estas Brochetas de coles de Bruselas a la brasa.

Brochetas de coles de Bruselas, champiñón y jamón, a la brasa

INGREDIENTES

  • 400 g de coles de bruselas congeladas
  • 4 lonchas de jamón serrano
  • 4 champiñones enteros
  • Aceite de oliva
  • Sal

ELABORACIÓN

Sin descongelar, poner las coles de Bruselas en una sartén con un chorro de aceite y rehogarlas a fuego lento durante 6 minutos hasta que queden doraditas. Si se tiene barbacoa o parrilla, dejar que se descongelen un poco y cocinarlas pinchadas en brochetas por todos los lados.

Por otro lado, limpiar los champiñones y cortarlos en cuatro. En una sartén con un poco de aceite, saltearlos unos minutos y reservarlos.

Montar las brochetas colocando en el palo una col, un cuarto de champi, un cuarto de loncha de jamón y así sucesivamente hasta acabar (por cada brocheta tiene que haber tres coles de bruselas, cuatro cuartos de champiñón y cuatro cuartos de loncha de jamón serrano).

Salpimentarlas una vez acabadas y darles un golpe de sartén por todos los lados.

Brochetas de coles de Bruselas, champiñón y jamón, a la brasa
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Brochetas de coles de Bruselas, champiñón y jamón, a la brasa
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