Marítima de Sales (Cádiz), Infosa (Tarragona), Salinas de Es Trenc (Mallorca), Salinera Española (Ibiza y Murcia) y Bras del Port (Alicante). Cinco de las mayores empresas productoras de sal marina en España se acaban de agrupar bajo el nombre de Salimar, Asociación de Salinas Marinas.
Una asociación que suma, entre las cinco salinas, un total de 7.200 hectáreas, con una capacidad productiva media de 720.000 toneladas anuales de sal marina —más del 40 % de la sal marina europea—, lo que supone reunir el 85 % de la cuota de mercado, con una facturación de las empresas asociadas es de 46 millones de euros al año.
La sal marina, mineral cien por cien natural que se obtiene al evaporar agua del mar, tiene infinidad de aplicaciones que van del consumo directo, su utilización en la industria alimentaria para salazones, secaderos de jamón, conserveras, etc., pasando por la industria química o el tratamiento de agua (descalcificación, electrólisis, etc).
La asociación recién creada nace, con los objetivos, entre otros, de dar a conocer las características y beneficios de la sal marina, promover su consumo responsable en beneficio de la salud y reivindicar la función medioambiental de una industria sin la cual no existirían ecosistemas de enorme riqueza, en los que viven y nidifican centenares de especies animales.
Sal marina, paisajes llenos de vida
Respecto a este último punto, otra de las motivaciones principales de Salimar como asociación es la de visibilizar los parajes en los que se asientan las salinas del litoral español, espacios catalogados como Parques Naturales. “Desde la asociación queremos poner en valor la sal marina gracias, entre otras cosas, a su capacidad inherente para crear ecosistemas naturales y sostenibles. No en vano, los parajes en los que se asientan las salinas que conforman la asociación destacan por su enorme biodiversidad”, explica Gonzalo Díaz Caicoya, presidente de la asociación.
De la Bahía de Cádiz a San Pedro del Pinatar, pasando por Alicante y el Delta del Ebro o la paradisiacas costas ibicenca y mallorquina, las cinco salinas concentran un amplio abanico de especies que viven y nidifican en estos hábitats gracias a la existencia de extensos humedales salobres y la diversidad de alimento que encuentran en ellos. Por ejemplo, en las salinas se pueden apreciar aves como las garcetas, los característicos flamencos o varias especies de gaviotas protegidas, así como diversas especies de peces y la flora característica de los humedales.
Tanto es así que algunas salinas están abiertas al público para su visita, sumando a la producción de sal marina otra función más divulgativa, ofreciendo la posibilidad de recorrer un entorno biodiverso, pero también ayudando a recuperar la historia de parajes legados por civilizaciones pioneras como los fenicios.
