Unidas ante lo que no dudan en definir como una «catástrofe apícola», las diferentes organizaciones del sector unido han convocado una gran concentración en Madrid el próximo jueves, 9 de marzo, en defensa de la miel y la apicultura española.
De este modo las apicultoras y apicultores de toda España han sido convocados por ASAJA, COAG, UPA y Cooperativas Agro-alimentarias de España para visibilizar los problemas por los que atraviesa la producción y comercialización de la miel española y pedir la puesta en marcha de un conjunto de medidas ante la grave crisis coyuntural y estructural que atraviesa la apicultura.
Esta convocatoria se produce después de las diversas movilizaciones llevadas a cabo en las últimas semanas en varios territorios, en las que han querido poner de manifiesto “la situación absolutamente dramática en la que se encuentran” y la necesidad de que “todas las Administraciones deben involucrarse en mayor medida en frenar los ataques y reducir las amenazas que atenazan a la apicultura”.
Crisis en la miel y la apicultura española
Las organizaciones convocantes califican de “absolutamente irresponsable el comportamiento de los envasadores y la distribución española, que discriminan la miel española y la sustituyen por mieles importadas a precios muy por debajo de los costes de producción en nuestro país”, y destacan que “en la mayoría de los lineales de la gran distribución se encuentran mayoritariamente mieles mezcladas donde el porcentaje de miel española es absolutamente testimonial, y la miel española tiene escasa o nula presencia. Ante esta situación, el Ministerio debe actuar y defender a nuestras apicultoras y apicultores”.
Los apicultores achacan parte de la responsabilidad de esta situación a la norma de etiquetado, de la cual las apicultoras y los apicultores vienen reclamando desde hace años un cambio para que el consumidor conozca con exactitud el origen de la miel. “La presidencia europea es una oportunidad que nuestro Ministerio no debe dejar pasar, para promover este cambio”, señalan.
Además, este problema de mercado se acompaña de una reducción de aproximadamente el 50 % de la cosecha debido a la falta de lluvias y el calor extremo del verano, de la muerte de hasta un tercio de las colmenas en algunas zonas como consecuencia de los problemas sanitarios, especialmente por la Varroa, o de los ataques de depredadores como los abejarucos o las avispas, así como, del fuerte encarecimiento de los costes de producción, por ejemplo, suplementos de alimentación o combustibles para la trashumancia.
Y, finalmente, los apicultores señalan que no han sido beneficiarios de las ayudas extraordinarias habilitadas en el contexto de la invasión de Ucrania que se han articulado en agricultura y ganadería. El sector considera “una discriminación haber sido excluidos de la devolución de los 20 céntimos de descuento para los combustibles que, sin embargo, sí reciben el resto de los productores”.
