Tras la aprobación por parte del Gobierno alemán de la introducción y aplicación en el etiquetado de alimentos —de momento voluntaria— del sistema de etiquetado Nutri-Score, científicos de la WBAE alemana han puntualizado que los alimentos europeos deberían estar etiquetados no solo por su contenido nutricional, sino también por sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Así lo recoge la publicación especializada estadounidense Olive Oil Times en un artículo firmado por Paolo DeAndreis que recoge este anuncio por parte de la WBAE, la Junta Asesora Científica de Política Agrícola, Alimentaria y de Protección de la Salud del Consumidor en Alemania, que se ha producido días después de que el Gobierno alemán aprobara la introducción del sistema de etiquetado de alimentos Nutri-Score, que de momento será adoptado de forma voluntaria por productores y distribuidores en este país a partir del próximo noviembre.
En este sentido, la WBAE ha pedido a los responsables gubernamentales que suban el listón durante el actual semestre de presidencia alemana de la Unión Europea, proponiendo la adopción obligatoria de Nutri-Score, y añadiendo un nuevo concepto: la sostenibilidad del producto, un tema sobre el que en un reciente comunicado de prensa, la Junta Asesora enfatizaba “la urgencia de una reorientación estratégica y un refuerzo sostenible de toda la esfera de la política alimentaria para facilitar la necesaria transformación del sistema alimentario y crear un entorno alimentario y de alimentación justo para todos». Y es que, según los expertos de la WBAE, las políticas actuales “ponen demasiado peso en la propia responsabilidad de los consumidores en cuanto a la elección de alimentos sostenibles».
Alimentos con etiqueta nutricional y climática
«Un enfoque tan discreto de la política envía una señal equivocada en un campo político complejo que está fuertemente influenciado por las actividades de los grupos de presión. Lo que se requiere es una política sobre alimentación y nutrición en la que el gobierno asuma un papel más prominente», explica Achim Spiller, economista agrícola y copresidente de este informe científico. Por ello, la WBAE sostiene que este proceso debería desarrollarse en torno a una serie de conceptos básicos:
- Información alimentaria dedicada a los jóvenes
- Impuestos sobre los alimentos menos sostenibles, como las bebidas azucaradas
- La promoción de la agricultura orgánica
- La elaboración de nuevas etiquetas obligatorias para los alimentos
Sobre este último punto, las etiquetas, los expertos explican que no solo deben ofrecer información nutricional fácil de entender, sino que también deben incluir una especie de ‘Etiqueta climática’ en relación con la huella de carbono de los productos, así como una ‘Etiqueta de bienestar de los animales’ para los productos de origen animal. Además, los anuncios de alimentos no saludables dirigidos a los niños deberían restringirse y el Gobierno debería desarrollar un «ecosistema digital para un consumo de alimentos más sostenible».
