En los últimos cuatro años, el consumo de platos durante los meses de verano se ha incrementado muy considerablemente. De hecho, el pasado año 2018, tan solo en los meses de junio, julio y agosto se consumieron casi dos mil millones de kilos de platos preparados en España, un 6,8 % más que el año anterior.
Y es que, efectivamente, el verano cambia nuestros hábitos de alimentación, con el objetivo fundamental de disponer de más tiempo y poder emplearlo en descansar y disfrutar, lo que hace que modifiquemos nuestros patrones de comida. En concreto, durante los meses de junio, julio y agosto del año pasado, el consumo de platos preparados creció casi un 6,8 % respecto a 2017. La conveniencia, la comodidad y la variedad de los platos preparados son los principales motivos por los que durante este periodo su consumo se dispara.
Cada año más platos preparados
El análisis del consumo de platos preparados de los últimos cuatro años muestra un fuerte crecimiento durante la época estival: en 2015 el sector creció un 2,7 %, en 2016 un 3,4%, un 5,2 % en 2017 y, en 2018, un 6,8 %. En concreto, mientras que en los meses de verano de 2015 los hogares españoles consumieron 1.704 millones de kilos de platos preparados, en 2016 se alcanzaron los 1.762 millones de kilos; en 2017, 1.854 millones kilos, y en 2018 la cifra se situaba en 1.981 millones de kilos. En cifras totales, los platos preparados han pasado de generar un volumen de negocio de 6.977 millones de euros en el verano de 2015 a situarse en los 8.327 millones de euros en el mismo periodo de 2018.
“La cesta de la compra es un reflejo de nuestra forma de vida y los productos que saben adaptarse a las necesidades del consumidor triunfan. En estos momentos, el cliente busca productos que, por un lado, le ayuden a paliar las consecuencias de su acelerado ritmo de vida y, por otro, que les permitan mantener una alimentación equilibrada”, explica Álvaro Aguilar, secretario general de la Asociación Española de Fabricantes de Platos Preparados (ASEFAPRE), añadiendo que “en 2019 el sector seguirá innovando para adaptarse a los nuevos hábitos de consumo que incluyen, no sólo el desarrollo de alimentos cada vez más equilibrados, sino la creación de nuevos formatos adaptados a los diferentes tamaños del hogar —monodosis, porcionables y familiares— y envases fabricados con nuevos materiales que permiten un correcto cocinado en horno y microondas”.
