Para despertar el carbónico y alcanzar la frescura de su sabor, la sidra natural tradicional debe ser servida utilizando una técnica muy particular, el escanciado, una de las imágenes más icónicas de Asturias que, además, requiere una considerable habilidad y precisión.
Una actividad sobre la que la pasada semana se presentó la edición 2022 del Campeonato Oficial de Escanciadores de Asturias, en la sede del Consejo Regulador de la DOP Sidra de Asturias (Villaviciosa), un certamen que comenzó el pasado sábado en La Felguera y tiene ya cerradas dieciséis pruebas, las últimas en Cabranes y en Llanera, el 7 y el 15 de mayo respectivamente.
“El escanciador es la gran diferencia con respecto al resto de sidras del mundo. Queremos que el campeonato se convierta en un espectáculo en todas las fiestas que se organicen”, comentaba el presidente de la Asociación de Escanciadores y coordinador del evento, Saúl Moro durante la presentación del campeonato que, entre las novedades introducidas en esta nueva edición, se ha modificado el sistema de puntuación, y contará por primera vez con la modalidad sub25. “Seguiremos apoyando cualquier iniciativa que ponga en alza el escanciado. Esta es una de ellas. Al fin y al cabo, es el elemento diferenciador de la cultura sidrera asturiana”, aseguraba, por su parte, el gerente del Consejo Regulador de la DOP Sidra de Asturias, Daniel Ruiz. En cuanto al jurado, como en ocasiones anteriores, estará compuesto por cinco ganadores anteriores del concurso.
El escanciado en Asturias
El escanciado de la sidra es una costumbre que surgió con la intención de simular la acción de espichar el tonel en el llagar. Para despertar el carbónico y alcanzar la frescura de su sabor, la sidra natural tradicional debe ser servida utilizando esta técnica tan particular, el escanciado, que requiere una considerable habilidad y precisión. Durante décadas los escanciadores han conseguido con su técnica llevar la sidra natural tradicional al punto máximo de calidad, además de mejorar notablemente el sabor y aroma de este tipo de sidra.
Se deben usar unos vasos específicos para ello, los vasos de sidra, con un grosor de cristal lo más fino posible, y la cantidad de sidra escanciada —culete— no debería ser inferior a 100 ml. El escanciado implica adoptar una postura recta sosteniendo la botella alta sobre la cabeza y el vaso inclinado debajo de la cintura, en el centro del cuerpo, de forma que el chorro de sidra debe ser recto y caer en el borde del vaso, despertando las mejores cualidades de esta bebida refrescante.
Una vez vertido en el vaso se debe beber inmediatamente de forma continuada para disfrutar del sabor de las burbujas que han sido vitalizadas por el escanciado. Actualmente cada bebedor usa un vaso de forma individual, pero la botella se suele compartir, llegando a ser la medida ideal de la botella seis culetes de sidra.
