La flota española dispondrá de una cuota de captura de bacalao ártico de 9.688 toneladas para el año 2022, una vez que el Consejo de la Unión Europea ha confirmado el acuerdo político alcanzado el 21 de abril con Noruega sobre la actividad pesquera en el archipiélago de Svalbard y en aguas internacionales del mar de Barent.
La cuota asignada a España supone prácticamente la mitad (49,3 %) de las 19.636 toneladas que corresponden en total a la Unión Europea y se alcanza tras dieciséis meses de negociaciones para llegar a este acuerdo que despeja incertidumbres y permite hacer una planificación adecuada a la flota de la Unión Europea, ya que la cuota provisional pactada en diciembre de 4.500 toneladas expiraba pasado mañana, 30 de abril.
Por tanto era necesario que la UE adoptara urgentemente la cuota de bacalao ártico en Svalbard y las aguas Internacionales del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM) subárea 1 y división 2b hasta el 31 de diciembre, y sustituir así la cuota provisional. El acuerdo alcanzado no solo asegura la pesca del stock para todo el año 2022 y posibilita la planificación adecuada de la pesquería a la flota, sino que además se trata de la cuota completa de bacalao reclamada según los derechos históricos y el Tratado de Paris de 1920 de las flotas de los Estados Miembros de la UE en Svalbard, calculado como el 2,8274 % de la referencia del TAC total del bacalao ártico en esta zona para cada año.
España, Alemania, Francia, Portugal y Polonia tienen cuota propia adjudicada en estas aguas, con una cuota adicional no repartida para el resto de Estados Miembros.
Bacalao ártico. Un poco de historia
Los orígenes de la flota bacaladera española se remontan a más de 500 años atrás. Ya durante los siglos XVI y XVII la pesca del bacalao adquirió una gran importancia.
En el pasado, el principal caladero de flota eran las aguas de Terranova y Groenlandia, sin embargo, al establecerse las Zonas Económicas Exclusivas de los países ribereños en 1977 por Naciones Unidas —con lo que las aguas internacionales se alejaron desde las 12 a las 200 millas de la costa— y posteriormente el colapso en la década de los 90 del stock del bacalao en aguas del Atlántico Noroeste, se produjo, además de una drástica disminución del número de unidades pesqueras, un cambio de zona de actividad siendo actualmente su principal caladero el Mar de Barents.
Desde 2010 existen signos de cierta recuperación del bacalao de Terranova, lo que ha permitido un incipiente, aunque discreto, retorno de esta flota a su caladero tradicional.
