Las discusiones sobre la utilización del fuego y la evolución humana provocan inevitablemente la  imagen de un grupo de cavernícolas sentados alrededor de una fogata, asando trozos de carne insertados en un palo. Pero ¿quiénes fueron nuestros primeros antepasados en hacerlo?

Las discusiones sobre la utilización del fuego y la evolución humana provocan inevitablemente la  imagen de un grupo de cavernícolas sentados alrededor de una fogata, asando trozos de carne insertados en un palo. Pero ¿quiénes fueron nuestros primeros antepasados en hacerlo? El debate va hacia adelante y hacia atrás, avivado por antropólogos que afirman que los homínidos comenzaron a controlar el fuego hace casi dos millones de años y otros que piensan que nuestros antepasados comenzaron a utilizarlo hace tan sólo unos cien mil años.

Según el Smithsonian —el mayor museo y complejo investigador del mundo— un nuevo estudio realizado a partir de una serie de huesos quemados y restos de plantas de hace un millón de años, proporcionaría la evidencia «segura» más temprana de homínidos haciendo fuego.

La nueva prueba proviene de la cueva sudafricana Wonderwerk Cave. Las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo allí entre los años 70 y 90 han llevado ahora hasta una serie de herramientas –hachas de piedra y otros objetos– elaboradas por el Homo erectus. En 2004, el profesor de la Universidad de Boston, Francesco Berna, y sus colegas, comenzaron nuevas excavaciones, encontrando varias señales de incendio que incluían fragmentos diminutos de huesos carbonizados y cenizas de plantas quemadas.

También encontraron restos de hierro, que los homínidos utilizaban para hacer herramientas, con fracturas indicativas de combustión. Usando una técnica llamada ‘Fourier transform infrared microspectroscopy’, que examina cómo una muestra absorbe diferentes longitudes de onda de luz infrarroja, el equipo determinó que los restos habían sido calentados a más de 900 grados Fahrenheit (482 grados centígrados), con hierbas, hojas o rastrojos, utilizados como combustible.

La forma de los fragmentos de hueso y la excepcional conservación de las cenizas de las plantas, sugieren que los materiales fueron quemados en la cueva, no fuera y luego transportados a ella por el agua, según informaba el equipo esta semana en Proceedings of National Academy of Sciences (PNAS), el diario oficial de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos. También fue descartada la posibilidad de combustión espontánea de guano de murciélago (acumulación de excrementos) que al parecer sucede a veces en las cuevas, de modo únicamente quedaron los homínidos como fuente más probable del fuego.

Cocinar y evolucionar

Esta noticia apoya las teorías del profesor de antropología de la Universidad de Harvard Richard Wrangham y los seguidores de su ‘cooking hypothesis’ (hipótesis de la cocina). Según Wrangham, el hecho de dominar el fuego resultó un evento transformador en la historia de los seres humanos: permitió a nuestros antepasados cocinar y como resultado, al ser más fácil de digerir los alimentos cocinados, el abdomen homínida disminuyó, liberando una energía que se dedicó a alimentar la evolución de un cerebro de mayor tamaño, que es muy costoso de mantener, energéticamente hablando. (el tejido cerebral necesita 22 veces más energía que una cantidad equivalente de músculo.)

Wrangham conjeturó que esta importante transición debió haber ocurrido con el origen del Homo erectus, hace 1,9 millones de años, cuando el tamaño del cerebro realmente comenzó a expandirse y el cuerpo de los homínidos se hizo más alto y más actual.

El fuego de la cueva Wonderwerk es todavía demasiado cercano como para apoyar plenamente la hipótesis del Wrangham, pero es un paso en esa dirección. Previamente, la evidencia más antigua generalmente aceptada de fuego en un lugar habitado provenía de la cueva de Qesem, en Israel, hace 400.000 años. En otros ejemplos anteriores de fuego controlado, como el del sitio keniano llamado Koobi Fora, de hace 1,5 millones de años, no puede descartarse la posibilidad de un incendio forestal como causa.

Sin nuevas pistas

Pero ¿por qué si la historia del fuego se remonta a hace un millón de años, los arqueólogos no logran encontrar más pruebas? El pasado año, por ejemplo, Wil Roebroeks, de la Universidad de Leiden en Holanda y Paola Villa, del Museo de la Universidad de Colorado, en Boulder, analizaron el registro arqueológico europeo de los últimos 1,7 millones de años, sin lograr encontrar un uso habitual del fuego hasta hace unos 400.000 años, lo que les llevó a concluir que los homínidos debieron colonizar las latitudes más al norte de África sin el calor del fuego.

El equipo de Francesco Berna piensa que el problema podría estar en el modo en que los arqueólogos han estado buscando el fuego. La nueva investigación incluyó exámenes de los sedimentos de la cueva, huesos y cenizas de plantas a nivel microscópico, que revelaron información que normalmente se pasa por alto.

Quizás con la ayuda de tales métodos microscópicos, los antropólogos encontrarán en el futuro que el origen del ‘fuego hecho’ está vinculado al origen del Homo erectus.

Resumen
Los primeros indicios de utilización del fuego por el hombre
Título
Los primeros indicios de utilización del fuego por el hombre
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Las discusiones sobre la utilización del fuego y la evolución humana provocan inevitablemente la imagen de un grupo de cavernícolas sentados alrededor de una fogata, asando trozos de carne insertados en un palo.
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