Cada vez más, el sector de la alimentación está avanzando a través de la innovación y la adecuación de sus productos a las nuevas tendencias nutricionales para ofrecer alimentos más saludables, sostenibles, y de confianza.
Todo con el objetivo de ayudar a que más personas lleven una dieta saludable y que esta sea accesible para todos los sectores de la población, con productos que sean mejores nutricionalmente pero que, a la vez, sigan siendo apetitosos.
Por otro lado, los consumidores están cada día más informados y, como consecuencia, son más exigentes con los alimentos que compran y quieren saber qué comen pero también ser responsables con factores éticos como la sostenibilidad y el medio ambiente.
Por todo ello, el sector agroalimentario está comprometido con el desarrollo y comercialización de productos que hagan todo lo posible para ayudar a que nuestro frágil planeta prospere y que, al mismo tiempo, permitan la elaboración de platos tan sanos y apetecibles como este Pastel Filo tostado integral, una receta ofrecida por la marca de alimentación británica Whole Earth.
Pastel Filo de boniato, queso feta y mantequilla de cacahuete
INGREDIENTES
- 350 g de boniato cortado en dados (o boniato y calabaza)
- Aceite de oliva suave
- ¼ cucharadita de canela molida
- 1 cebolla roja pequeña, cortada en rodajas finas
- 4 cucharadas de mantequilla de cacahuete tostada y crujiente Whole Earth
- 200 g de espinacas baby
- 6 hojas de pasta filo
- 100 g de queso feta
- Sal y pimienta
ELABORACIÓN
Precalentamos el horno a 200 ºC
Mezclamos el boniato con suficiente aceite de oliva, añadimos las especias, y sazonamos con sal y pimienta y colocamos en el centro del horno caliente durante 35 minutos hasta que esté completamente blando. Runa vez hecho retiramos del horno y dejamos que se enfríe.
Bajamos la temperatura del horno a 180 ºC para hornear más adelante.
Mientras se asan los boniatos, en una sartén pequeña calentamos una cucharadita de aceite a fuego lento y freímos la cebolla durante 15 minutos hasta que esté completamente blanda y translúcida. Reservamos.
Lavamos las espinacas baby, las ponemos en una cacerola con tapa y cocemos a fuego medio durante 5 minutos, dándoles la vuelta de vez en cuando con unas pinzas, hasta que estén blandas. Las retiramos a un colador y colocamos encima un peso como un tarro o un cuenco limpio y pesado sobre ellas para que eliminen todo el líquido posible.
Una vez que el boniato se haya enfriado un poco, trituramos en un procesador de alimentos con la mantequilla de cacahuete hasta que quede una mezcla con una textura suave. Reservamos.
Engrasamos con aceite de oliva un molde redondo de 23 cm de base desmontable. Colocamos una lámina de pasta filo, de modo que cubra los lados del molde, untamos con aceite de oliva y repetimos la operación con el resto de las hojas de filo, superponiendo una sobre otra en ángulo para crear un efecto de giro.
Extendemos la mezcla de mantequilla de cacahuete y boniato por el centro de la capa superior de pasta filo hasta llegar a los lados, dolocamos las espinacas marchitas por encima, junto con la cebolla roja, desmenuzamos el queso feta en trozos grandes por encima de la tarta y horneamos a 180 ºC durante 25 minutos hasta que el feta esté dorado en algunas partes y la pasta filo esté crujiente por todas partes.
Sacamos del horno, dejamos que el pastel se enfríe durante 5 minutos antes de sacarlo del molde, lo cortamos en trozos y servimos acompañad de ensalada aliñada o con patatas pequeñas y verduras cocidas.
