Los platos preparados siguen incrementando su presencia en los hogares españoles, donde ya se consumen más de 14 kilos anuales per cápita, un 5,5% más que el año anterior. La innovación en temas como reducción de grasas y azúcares, eliminación de aditivos, productos sin conservantes ni colorantes, y nuevas materias primas, son la clave de este crecimiento.

Desde la sustitución de proteínas animales por vegetales hasta la reducción de sal, azúcares y materias grasas o la introducción de fibra, el sector de platos preparados sigue apoyándose en la innovación para crecer, ganando presencia en el hogar y alcanzando un consumo de 14,26 kilos por persona y año, lo que supone un 3,6% del gasto total en alimentación y bebidas para el hogar.

El constante esfuerzo innovador del sector, así como una estrategia orientada a I+D han permitido un gran crecimiento de la producción de platos preparados de hasta el 5,5%, fortaleciendo su liderazgo en el segmento de los productos commodities, según los datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

“Las compañías que integran ASEFAPRE mantienen una constante ampliación de sus instalaciones, creando nuevas líneas de producción con la maquinaria más moderna y la tecnología más avanzada en toda la cadena, que las sitúan a la vanguardia del sector”, comenta Álvaro Aguilar, Secretario General de la Asociación Española de Fabricantes de Platos Preparados (ASEFAPRE).

Los nuevos platos preparados

El desarrollo de nuevas especialidades y la inversión en investigación han aumentado progresivamente para hacer frente a las demandas de todo tipo de consumidores, de modo que en la actualidad destacan principalmente las enfocadas hacía la búsqueda de alimentos saludables y equilibrados. “La reducción de sal y grasas saturadas, la eliminación de aditivos, la elaboración de productos sin conservantes ni colorantes, o dirigidos a personas con patologías digestivas, entre las que destacan la enfermedad celíaca o la tolerancia a la lactosa, marcan la innovación en el sector“, explica Aguilar.

Sin embargo, la innovación en el mercado de los platos preparados va más allá e incluye la identificación de nuevas materias primas e ingredientes, la creación de nuevas formulaciones y procesos de elaboración, y la adaptación a los hábitos de consumo a través de nuevos formatos y contenidos.

Mayor información en los envases

De acuerdo con la normativa vigente desde diciembre de 2016, todos los productos deben incluir información nutricional en el etiquetado y así responder a las exigencias de las autoridades mundiales en relación a las restricciones de ingredientes no saludables recogidas en el Reglamento IAC, que modificaba el etiquetado de los alimentos antes en vigor en la UE para permitir a los consumidores elegir con conocimiento de causa y utilizar los alimentos de forma segura.

En este sentido, el envase de los platos preparados proporciona una información más detallada al consumidor mediante la fecha del envasado, el fabricante, la cantidad de los alimentos e ingredientes empleados o los métodos de conservación y elaboración. Y en la línea de búsqueda de alimentos saludables y equilibrados, actualmente la industria está trabajando en procesos menos invasivos, con envasados que permitan métodos de cocción al vapor, así como una mejor calidad sensorial de los productos.

Tipos de platos preparados

Por definición, denominamos plato preparado a una elaboración culinaria envasada y lista para ser consumida con un mínimo de operaciones. De esta forma, a la hora de hablar de platos preparados, cabe clasificarlos desde dos ángulos: por tipología, o por conservación.

En el primer caso, dependiendo de la familia de productos a la que pertenece, la industria de los platos preparados se cataloga en: productos cárnicos; productos del mar; croquetas; calamares a la romana; surimi y gulas; pastas; salteados y arroces; cremas y sopas; verduras; pizzas y paninis, postres y otros.

Y por su conservación, los platos preparados pueden ser:

Platos preparados congelados. Platos que son sometidos a un proceso previo de ultracongelación a una temperatura inferior a –20°C, deben almacenarse en un congelador. El objetivo no solo es mantener la calidad del producto, sino también evitar el desarrollo de microorganismos, así como la pérdida de nutrientes.

Platos preparados refrigerados. Son productos perecederos que deben mantenerse en el frigorífico, aunque nunca a una temperatura inferior de –1°C. La conservación debe ser fría, pero no debe superar los 7°C, ya que a una temperatura superior este tipo de alimento suele deteriorarse.

Platos preparados a temperatura ambiente. Son aquellos productos que pueden conservarse en sitios (como almacenes o despensas) cuya temperatura oscila entre los 15 y 30°C. A pesar de que no se requiere el frío para su correspondiente conservación, se recomienda que el ambiente sea seco y fresco.

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Cada año confiamos más en los platos preparados
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Cada año confiamos más en los platos preparados
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Los platos preparados siguen incrementando su presencia en los hogares españoles, donde ya se consumen más de 14 kilos anuales per cápita, un 5,5% más que el año anterior.
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