En la pasada edición de Gourmesse, una feria popular celebrada en Zurich (Suiza) en octubre de 2014 se llevó a cabo un estudio entre los visitantes, que evaluaron un total de 140 muestras de aceites de oliva virgen extra, tanto de los más convencionales, de sabor afrutado y dulce como de referencias de mayor calidad, de sabor más picante y amargo.
El estudio, publicado en ‘Journal of the Science of Food and Agriculture’ y recogido por la publicación Olive Oil Times, investigaba las preferencias generales de los visitantes de la feria —el 80% eran suizos— en relación al aceite de oliva virgen extra. Las 140 muestras catadas para su aceptación participaban en el International Olive Oil Award in Zurich y de ellas 74 provenían de Italia, 43 de España, y el resto de Grecia, Portugal y Turquía.
Los consumidores en la feria, considerados como conocedores de alimentos gourmet por encima de la media, evaluaron las muestras de AOVE utilizando una escala hedónica de nueve puntos para indicar su preferencia.
Preferencia por los convencionales
Sorprendentemente, a los consumidores —51% hombres y 49% mujeres— les gustó tan solo el 19% de las muestras evaluadas, con una clara preferencia por los aceites más convencionales, maduros, afrutados, dulces, y no gustándoles el sabor amargo y picante ni el color verde de las muestras de más alta calidad.
Los autores del estudio concluyeron que los consumidores no están familiarizados con los atributos sensoriales positivos ni con los beneficios para la salud asociados al aceite de oliva virgen extra de alta calidad, al igual que ocurre con los consumidores estadounidenses, según un estudio de la universidad californiana UC Davis.