Los olores influyen en nuestro estado de ánimo de forma inconsciente y, precisamente ahora, que estamos pasando un tiempo encerrados en nuestro domicilio, si logramos manejar hábilmente los olores caseros —ventilación, ambientadores, alimentos, especias…—, podemos lograr sentirnos mejor.
Por ello, ahora que estamos temporalmente encerrados, desde la empresa de marketing olfativo Pressentia, convencidos de que el olfato tiene una conexión más directa que los otros sentidos con las emociones y la memoria sensorial, han querido ofrecer una serie de consejos que pueden ayudar a tener nuestros hogares bien aromatizados, mejorando nuestro estado de ánimo y olvidando por un rato el agobio del aislamiento.
Hogares bien aromatizados
Ventilación. Por la mañana, nada más levantarte, abre todas las ventanas para que la casa se ventile bien. Deja que entre el aire fresco durante unos minutos. La casa olerá mejor, y el aire de la primavera traerá una dosis de optimismo que notaremos enseguida.
Cuidado con los alimentos malolientes. Sardinas, huevos cocidos, coliflor, quesos muy curados… una buena receta con cualquiera de estos productos puede ser muy sabrosa, pero huelen muy mal al cocinarlos. Los malos olores de estos alimentos se deben a reacciones químicas que se generan en su interior, y que producen compuestos azufrados o etilaminas. Evita que la casa huela así. Cuando los cocines, cierra la puerta y ventila la cocina.
Perfumes naturales en la cocina. Romero, tomillo, eneldo, especias orientales… La cocina dispone, por sí misma, de sus propios perfumes naturales. Puedes usarlos como condimentos, pero también como perfume para el hogar: hirviéndolos con un poco de agua desprenderán un aroma reconfortante que se expandirá por toda la casa. También puedes hervir café, clavos, y otras especias que te gusten. Las cáscaras de los cítricos —naranja, limón, mandarina, lima…— bien trituradas, pueden usarse como potpurrí, poniéndolas en un cuenco y dejando que desprendan su olor refrescante mientras se secan.
Vainilla y canela. Los agentes inmobiliarios usan estos olores cuando enseñan una casa porque saben que eso la hace más atractiva a los compradores. Cuando hagas la compra trae vainillina y canela en polvo. No son caras. Luego, si tienes habilidades reposteras, hornea unas galletas o un bizcocho con una dosis generosa de ambos ingredientes. Y, si no las tienes, simplemente espárcelas en un trozo de pan mojado y mételo en el horno a 160 ºC durante unos 40 minutos. Cuando termines, llévalo al salón. Su olor cálido y reconfortante hará que te sientas un poco mejor.
Los perfumes de hogar. Todos tenemos guardada alguna vela perfumada que nos regalaron hace tiempo, o tal vez las empleamos regularmente. Ahora es el momento de usarlas. También podemos probar los ambientadores en sticks (mikados). Al cabo de un rato dejaremos de percibir su olor, sin embargo ese olor influye de forma inconsciente y, manejado con habilidad, puede hacer que el ánimo mejore.
El olor de nuestro propio cuerpo. Un ejercicio que puedes hacer solo o con tu pareja, y que te revelará algo que tal vez nunca habías notado. Por la mañana, después de ducharte, ponte una camiseta limpia. Úsala durante todo el día. Por la noche, antes de irte a dormir, métela en una bolsa de plástico y ciérrala. A la mañana siguiente, después de ducharte, abre la bolsa y huélela. Es tu olor personal. Huele también el de tu pareja. En las personas sanas es un olor suave y cálido, nada desagradable.
Experimenta con perfumes. Prueba el perfume de tu pareja. Comprueba cómo en ti huele distinto. Invita a tu pareja a probar tu perfume. Las diferencias entre perfumes para hombre y mujer son puramente culturales. Probablemente tengas en tu casa algún perfume que ya no usas, o uno que nunca has usado. Dales una oportunidad. Utilízalos con moderación: si alguien lo huele a más de un metro y medio de distancia, te has puesto demasiado.
