La miel de la comarca extremeña de Villuercas e Ibores es única. Tanto, que ha dado lugar a una miel con Denominación de Origen Protegida, un producto natural producido por las abejas Apis Mellíferas a partir del néctar de las flores que liban, transforman y combinan con sustancias específicas propias y almacenan, dejando madurar en los panales de la colmena.
Su riqueza en azúcares demuestra el gran valor alimenticio y energético, con la ventaja de que estos azúcares son simples y no necesitan transformación en nuestro organismo, pasando directamente a la sangre. Y es que las mieles, sobre todo las mieles oscuras o mieles de ‘mela’, proporcionan al organismo sustancias minerales de gran interés alimenticio, además de contener también fermentos y diastasas que ayudan eficazmente a la digestión de otros alimentos.
Pero, además de su calidad alimenticia, el hecho de disponer de una figura de calidad otorgada por la Unión Europea, como es la Denominación de Origen Protegida, supone un respaldo oficial a la carta de naturaleza de estas mieles, de un suelo, un clima, un agua y unas plantas que no se conjuntan y equilibran en cualquier otro lugar, y que en la cocina dan lugar a platos como estas Costillas de cordero a la miel Villuercas-Ibores, una receta ofrecida por la DOP Miel Villuercas-Ibores.
Costillitas de cordero a la miel
INGREDIENTES
- 12 costillas de cordero
- Miel Villuercas-Ibores DOP
- Especias: tomillo, romero y orégano
- Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta negra
- 2 patatas (para la guarnición)
ELABORACIÓN
Antes de nada, ponemos la carne en maceración, vertiendo en un recipiente la miel necesaria junto con las especias —el tomillo el romero y el orégano— y un poco de aceite, y removiendo hasta que quede todo bien mezclado.
Cuando esté, salpimentamos las costillas, las metemos en el macerado y las dejamos media hora regando con la salsa de vez en cuando o dando la vuelta para que se impregnen bien por todas las partes.
Mientras, lavamos las patatas y las cocemos en agua. Una vez listas, las dejamos enfriar unos minutos, las pelamos y cortamos en dos partes.
Ponemos una sartén al calor y con un poco de aceite vamos dorando las patatas. Cuando estén las sacamos y colocamos en los platos. En la misma sartén salteamos las chuletas a fuego vivo, procurando que queden doradas por fuera y poco hechas por dentro para que estén más gustosas.
Pasamos a los platos junto con las patatas, y regamos todo por encima con el jugo del macerado.





