Los precios a bordo en las aerolíneas low cost llegan a ser, de media, un 527% superiores en comparación con los de los supermercados. Por ejemplo, el clásico croissant puede suponer un incremento del 718%, un simple paquete de cacahuetes puede costar hasta un 410% más que en la calle, y los más cerveceros tendrán que pagar un precio un 380% superior al habitual.
Pagar un poco más de lo acostumbrado por un refresco, una cerveza o unos simples cacahuetes durante un vuelo, es algo que no sorprendería a nadie. Sin embargo, un reciente estudio realizado por el buscador de viajes KAYAK muestra que algunas aerolíneas incrementan el precio de los productos hasta en un 718%.
De acuerdo con las conclusiones del estudio, el clásico croissant es el producto que más diferencia supone —respecto a un supermercado y siempre según este informe— consumir a bordo. Mientras que esta pieza de repostería puede alcanzar un precio de tan solo 37 céntimos de euro en cualquier tienda, algunas aerolíneas incrementan su precio hasta límites insospechados: por poner algún ejemplo, easyJet cobra 3 € por cruasán, lo que supone un incremento del 718% y Vueling, Iberia Express o Volotea cobran 2 €, lo que supone un margen de beneficio del 446%.
Por otro lado, los madrugadores horarios de las aerolíneas de bajo coste hacen que muchos viajeros renuncien al desayuno por unos minutos más de sueño y se decanten por picar algo en el vuelo, una decisión que puede salir muy cara, ya que los productos típicos de desayuno están entre los más caros que se sirven a bordo si los comparamos con su precio medio en un supermercado, y un simple café puede alcanzar un precio hasta un 130 % superior que en la calle.
La sed, mala aliada
Los cambios de temperatura y de presión durante el vuelo suelen provocar sed a muchos viajeros y, puesto que está prohibido llevar líquidos en el equipaje de mano, no existe otra opción que comprar bebidas a bordo. En el caso del agua mineral, Ryanair y Volotea tienen los precios más altos, 3 € por una botella pequeña, el doble que en cualquier tienda. En cuanto al precio de los refrescos, una lata de 330 ml puede costar un 316% más que en un supermercado.
Y si lo que queremos es tomar un pequeño aperitivo a bordo, una simple cerveza o copa de vino acompañada de unas aceitunas o unos cacahuetes tiene también su repercusión monetaria. Una lata de cerveza en vuelo puede costar un 633% más que en un supermercado, mientras que en el caso del vino el incremento no es tan notable. La aerolínea que más cobra por el vino es easyJet, un 62% más de lo que costaría en un supermercado. Un simple paquete de aceitunas puede alcanzar un precio de 2,50 € en easyJet, mientras que unos cacahuetes cuestan 3 € en cualquier vuelo de Ryanair. En ambos casos, los precios son un 456% superiores al coste habitual de los productos en cualquier tienda.
Las mayores diferencias
Las mayores diferencias que ha detectado este estudio, entre productos de consumo habitual, son los siguientes:
- Galletas: 0,53 € en tienda, frente a 2,50 € en Iberia Express. Aumento del 369%
- Zumo de naranja (250 ml): 0,83 € en tienda, frente a 3,5 € en easyJet. Aumento del 320%
- Gominolas: 1,29 € en tienda, frente a 4,50 € en easyJet. Aumento del 223%
- Bebida energética: 1,18 € en tienda, frente a 3,5 € en Ryanair o Volotea. Aumento del 196%
“Aunque las aerolíneas ofrecen bebidas y aperitivos a bordo, podemos ahorrar una parte del presupuesto si planeamos bien nuestro viaje. Todas las aerolíneas permiten a los pasajeros llevar consigo comida a bordo, por lo que merece la pena preparar el picoteo con antelación. En cuanto a las bebidas, los pasajeros pueden visitar las tiendas del aeropuerto antes de subir al avión”, recomienda sobre este tema John-Lee Saez, Director Regional de KAYAK para Francia, España y Austria.
