CVNE, la centenaria bodega de Haro (La Rioja) ha obtenido la marca de certificación ‘Q’ de Calidad Turística, un distintivo que la avala como establecimiento que cuenta con el prestigio, la diferenciación, la fiabilidad, la rigurosidad y la promoción adecuadas, convirtiéndose así en una de las dieciocho bodegas en toda España que actualmente cuentan con […]
CVNE, la centenaria bodega de Haro (La Rioja) ha obtenido la marca de certificación ‘Q’ de Calidad Turística, un distintivo que la avala como establecimiento que cuenta con el prestigio, la diferenciación, la fiabilidad, la rigurosidad y la promoción adecuadas, convirtiéndose así en una de las dieciocho bodegas en toda España que actualmente cuentan con este sello de calidad.
Nave Real de Asúa, la nave fundacional de CVNE
La ‘Q’, otorgada por el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), es la marca que representa la calidad en el sector turístico español. Para conseguirla, la bodega ha debido pasar estrictas auditorías destinadas a comprobar aspectos como la seguridad, accesibilidad, señalización y gestión medioambiental de las instalaciones, así como la atención, información y comunicación que se ofrece a los visitantes de la bodega.
Actualmente tan solo dieciocho bodegas en toda España cuentan con la Q de calidad, un reconocimiento más asequible para las bodegas que cuentan con instalaciones más modernas. De ahí que solo dos de estas bodegas sean centenarias, siendo CVNE la primera de estas características en conseguir este sello en La Rioja. Además, esta distinción se suma a las certificaciones ISO 9001, que reconoce la gestión de calidad, e ISO 14001, de gestión medioambiental, así como a la doble huella ambiental, que ayudará a reducir el impacto medioambiental en un 10%.
135 años elaborando vino
La bodega de Haro se funda en 1879 y hoy, 135 años después, consigue mantener su esencia en un espacio denominado la Aldea del Vino, donde reside la semilla de la bodega y de CVNE en general. Está formada por la nave fundacional, la nave Real de Asúa, la nave Eiffel y un gran patio central que en su origen actuaba como centro neurálgico de la bodega.
La nave fundacional es la más antigua de la bodega; su construcción data de 1879 y se caracteriza por un original sistema de iluminación y por ser el centro de recepción de visitas. Por su parte, la nave Real de Asúa funciona como una pequeña bodega autónoma, donde de manera artesanal se elabora en tinas gigantes de madera el vino Imperial, buque insignia de la bodega, que ha sido elegido Mejor vino del Mundo del año 2013, según la prestigiosa revista Wine Spectator. Por último, la nave Eiffel, construida por el estudio de Gustave Eiffel, destaca por su original fórmula de sujeción, completamente innovadora en la época que se creó, en 1890.
Además, la Aldea del Vino funciona como un centro dinámico de actividades en torno al vino. Aparte de visitas diarias para grupos, se celebran catas, ferias, exposiciones, actividades infantiles, etc. Un espacio que se concibió como un lugar vivo, en constante cambio y evolución donde tienen lugar todo tipo de actividades para disfrute de visitantes y amantes del vino.
Artículos relacionados
Los diez mejores vinos del mundo, según Wine Spectator
Abadía Retuerta obtiene la ‘Q’ de calidad turística
La Ruta del Vino Rías Baixas implantará la Q de Calidad
{jathumbnail off}