Las marcas blancas o marcas de distribuidor parecen ser el próximo objetivo de Bruselas. La Comisión Europea anunció ayer martes que someterá a un profundo estudio los efectos que la comercialización prioritaria de estas marcas, por parte de las grandes cadenas de distribución, puedan tener sobre las marcas de los fabricantes, tanto en lo relativo […]
Las marcas blancas o marcas de distribuidor parecen ser el próximo objetivo de Bruselas. La Comisión Europea anunció ayer martes que someterá a un profundo estudio los efectos que la comercialización prioritaria de estas marcas, por parte de las grandes cadenas de distribución, puedan tener sobre las marcas de los fabricantes, tanto en lo relativo a garantizar una leal competencia como la libre elección de los consumidores.
La atención sobre este tema no es nueva. El pasado año una amplia representación de fabricantes de marcas de consumo planteó a Bruselas su preocupación por la atención prioritaria que los grandes distribuidores dan a sus propias marcas tanto en posicionamiento en los lineales como en tratamientos promocionales y reclamó a la Comisión un marco regulador adecuado a la situación.
La evolución en España
En este sentido, en España, el pasado mes de marzo los datos de consumo alimentario relativos a 2011 recogidos en los estudios del Observatorio del Consumo y Distribución Alimentaria del Ministerio indicaban un crecimiento permanente y sostenido de las marcas blancas en los últimos años. El ministro Arias Cañete aseguraba entonces: “Si tenemos en cuenta años precedentes, vemos que la marca de la Distribución sigue creciendo año tras año, tanto en volumen como en valor y en este estudio se constata que el 92% de los entrevistados han declarado que acostumbran a comprar algún producto de Marca del Distribuidor”.
El estudio revelaba también que del 100% del volumen total de alimentación sin frescos, un 43,9% correspondía a la Marca de la Distribución y del 100% del dinero gastado en alimentación, sin tener en cuenta los productos frescos, un 33,8% correspondía a la Marca de la Distribución.
Pocos meses después, en agosto de 2012, una nueva oleada de este mismo estudio indicaba que en nuestro país, el 72,3% de los de los establecimientos de alimentación incluye en sus lineales productos con marca de distribuidor o marca propia. Entre los resultados también se observa que en los hipermercados y grandes supermercados este porcentaje se eleva al 100%, mientras que en los mercados de abastos disminuye a un 10%.
Aunque las conclusiones del estudio que afrontará la Comisión Europea no se darán a conocer hasta 2013, se espera que en los próximos meses las partes implicadas en este conflicto de intereses presenten sus diferentes propuestas y alternativas para que marcas blancas y marcas comerciales puedan convivir correctamente en los mercados alimentarios europeos.
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