La localidad de Benasque, en el corazón del Pirineo de Huesca, ha organizado, del 8 al 31 de julio, unas jornadas denominadas Guayén gastronómico, con el solidario objetivo de contribuir a la recuperación y conservación del Santuario de Nuestra Señora de Guayente, a la vez que se fomenta la gastronomía del valle. Seis restaurantes locales […]
La localidad de Benasque, en el corazón del Pirineo de Huesca, ha organizado, del 8 al 31 de julio, unas jornadas denominadas Guayén gastronómico, con el solidario objetivo de contribuir a la recuperación y conservación del Santuario de Nuestra Señora de Guayente, a la vez que se fomenta la gastronomía del valle.
Seis restaurantes locales -Llanos del Hospital, el Gran Hotel Benasque, El Pesebre, el Veedor de viandas, Casa Tous y La Parrilla- serán quienes ofrezcan a sus clientes la posibilidad de degustar este exclusivo menú a base de productos de la tierra a sus clientes, que además recibirán, como reconocimiento a su colaboración, una imagen de la Virgen de Guayente.
La idea partió de uno de los seis restaurantes, que con el apoyo del cura párroco de Benasque la trasladaron al resto de los establecimientos, como una fórmula eficaz de contribuir, junto a sus clientes, a la conservación de este lugar de interés, referente cultural y atractivo turístico en el valle.
Leyenda de un santuario histórico
El origen del Santuario de Nuestra Señora de Guayente se remonta al siglo XI, cuando –siempre según la leyenda- al señor de Castañer, Hernando de Azcón, se le apareció la Santísima Virgen en el paraje conocido como Roques Trencadas. Construyó allí una ermita en honor de la Señora y desde entonces todos los nobles de la casa de los Azcones cuidaron del culto a la Virgen.
A finales del del siglo XIII, don Pedro Azcón decidió dignificar la primitiva ermita, construyendo una iglesia. Y en el momento que concebía esa idea, vio un gran resplandor y oyó una dulcísima música, lo que interpretó como aprobación de su pensar.
Años más tarde, en la batalla de Lepanto, D. Francisco de Azcón, caballero de la Orden de Malta, invocó a Nuestra Señora de Guayente y logró victorioso, apresando una galera de turcos. Finalizada la batalla vino al Santuario a dar las gracias a la Señora y le ofreció por trofeo de su victoria una bandera ganada a los contrarios, que aún hoy se ve allí pendiente de los muros de la iglesia.
Así fue creado, según la leyenda, el santuario llamado de la Santa Madre de Guayente. El 8 de Septiembre se celebra anualmente una fiesta, con una romería que parte de la villa hasta el Santuario, en la que participan todos los pueblos del valle de Benasque y se baila el tradicional "ball dels sombres".