En todo el mundo hay censadas más de dos mil variedades de caquis, una fruta dulce y carnosa de origen asiático que llegó a Europa entre los siglos XVII y XIX, cultivándose inicialmente como planta ornamental y, sobre todo, por su madera el palosanto, una de las llamadas maderas nobles, muy apreciada en ebanistería por su belleza, dureza y escasez.
Sin embargo, entre estas más de dos mil variedades de caquis, la Unión Europea reconoció hace ya veinte años, en forma de Denominación de Origen Protegida, la excepcionalidad de los que proceden de la Ribera del Xúquer, porque en esa región se ha conseguido eliminar la astringencia en la variedad llamada Rojo Brillante.
En paralelo, dentro de esa marca de calidad diferenciada, se ha desarrollado la marca comercial Persimon, una forma de asegurar que esta fruta llega al consumidor con todas las garantías, los auténticos kakis de la variedad rojo brillante de la Denominación de Origen Protegida.
Una fruta que a sus atractivos organolépticos añade la fugacidad con la que pasa por el punto de venta en su mejor momento. Y es que la estacionalidad de los Persimon abarca desde octubre a, generalmente, el mes de diciembre, llegando algunos años a prolongarse incluso hasta en enero. La buena tierra en la que echan sus raíces los árboles es una de las razones que hacen posible este tesoro del campo, que es necesario cuidar, en su compra y conservación, para disfrutar de un sabor y aroma que, además, en la cocina da lugar a propuestas como este Tartar de kaki Persimon, una receta ofrecida por la Denominación de Origen Protegida Kaki Ribera del Xúquer.
Tartar de kaki Persimon
INGREDIENTES
- 2 kakis Persimon
- Verduras: 1 pimiento verde, el tallo de una cebolleta cortado en rodajitas, cilantro, hinojo, chalota y cebolla roja
- Aceite de oliva
- 1 cucharada de rábano
- Sal y pimienta
- Pimiento verde asiático (opcional)
ELABORACIÓN
Cortamos en cubitos los kakis y todas las verduras a tacos pequeños y las colocamos en una ensaladera o palto hondo, junto con las rodajas de cebolleta y el rábano en polvo.
Añadimos un chorrito de aceite de oliva, salpimentamos al gusto y mezclamos todo bien.
Servimos utilizando como recipiente, por ejemplo unas cucharas, o unos pequeños cuencos.