“El consumo de productos acuícolas se disparará en los próximos años para contrarrestar el perjuicio medioambiental que provoca la industria ganadera […] Para el año 2030 el consumo de las especies acuáticas criadas en piscifactorías crecerá frente a otras especies ganaderas y acuícolas cuya producción es más nociva y con más efectos secundarios sobre el planeta”.
Así se expresaba investigador responsable del Laboratorio de Biotecnología y Genómica Acuícola (LBGA) del Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción (UdeC), en Chile, Cristian Gallardo, en su ponencia en la Tercera Conferencia Internacional en Inmunología de Peces y Moluscos, organizada por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) que se está celebrando desde el pasado domingo y hasta hoy jueves en Las Palmas con la presencia de más de doscientos científicos y agentes de la industria acuícola.
Y es que, según el investigador chileno, el sector industrial ganadero es uno de los principales responsables de los graves problemas medioambientales que existen hoy en día, algo que preocupa cada vez más a la comunidad científica y a la sociedad en general, que ven cómo el impacto del cambio climático en nuestro planeta está volviéndose alarmante. Sin embargo, la renuncia al consumo de las proteínas animales puede producir consecuencias nutricionales negativas en los humanos, por lo que los expertos consideran que debe incrementarse la ingesta de pescado, moluscos y crustáceos procedentes de la acuicultura en los próximos años para evitar un mayor deterioro del planeta.
Acuicultura vs. industria ganadera
“Las tendencias socioculturales hablan de una población cada vez más concienciada que se preocupa por su entorno”, afirmaba Cristian Gallardo a lo largo de su intervención en la Conferencia, añadiendo que “diversos estudios demuestran que para el año 2030 el crecimiento del consumo de las especies acuáticas criadas en piscifactorías se disparará frente a otras especies ganaderas y acuícolas cuya producción es más nociva y con más efectos secundarios sobre el planeta”.
Finalmente, el experto explicaba que “si se incluyen las emisiones por el uso de la tierra y el cambio del uso de la tierra, el sector ganadero es responsable del 9 % del CO2 procedente de la actividades humanas, produciendo un porcentaje mucho más elevado de los gases de efecto invernadero más perjudiciales. En concreto, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), la ganadería genera el 65 % del óxido nitroso de origen humano, que tiene doscientas noventa y seis veces el Potencial de Calentamiento Global (GWP, por sus siglas en inglés) del CO2. La mayor parte de este gas procede del estiércol. También es responsable del 37 % de todo el metano producido por la actividad humana (23 más veces más perjudicial que el CO2), que se origina en su mayor parte en el sistema digestivo de los rumiantes, y del 64 % del amoniaco, que contribuye de forma significativa a la lluvia ácida”.
