Se pone en marcha una nueva edición de los Premios Jacumar de investigación en acuicultura, un galardón cuyo objetivo es favorecer las relaciones entre la comunidad científica y el sector productor, además de lograr un mejor posicionamiento de los productos acuícolas en los mercados.
Convocados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, los Premios Jacumar de investigación en acuicultura llevan celebrándose anualmente desde 2020, convirtiéndose en este tiempo en un instrumento esencial del ministerio para la promoción y apoyo a la investigación e innovación en el sector de la acuicultura.
Además, el galardón busca también favorecer las relaciones entre la comunidad científica y el sector productor, especialmente en el ámbito de las pymes y, a través de mejoras en aspectos medioambientales, sociales, de protección de los consumidores y bienestar animal, lograr un mejor posicionamiento de los productos acuícolas en los mercados.
A los Premios Jacumar podrán optar, en régimen de concurrencia competitiva, todos los equipos de investigación o personas físicas individuales que efectúen sus trabajos en centros de investigación, públicos o privados, ubicados en España. La bases detalladas de esta convocatoria pueden consultarse en esta dirección.
Un poco de historia
La acuicultura lleva ligada desde tiempos inmemoriales a la intervención humana para incrementar la producción de especies que se desarrollan en el medio acuático —peces, moluscos, crustáceos, plantas…— a través de la concentración de poblaciones, su alimentación y la protección frente a los depredadores.
De hecho, hace ya unos cuatro mil años, las familias chinas comenzaron a cultivar carpas en estanques —el primer tratado sobre dicho cultivo fue redactado por Fan Lei y data del 475 a.C. —, y son también numerosas las referencias realizadas por griegos y romanos: Aristóteles y Plinio escribieron sobre el cultivo de ostras en la Grecia antigua, y es el general romano Lucinius Mureno a quien se considera el inventor del estanque o piscina donde se cultivaban los peces en el siglo I.
Estas prácticas de criar y engordar peces y moluscos en cautividad se convirtieron en uno de los máximos exponentes de riqueza y ostentación por parte de las capas más pudientes de la sociedad romana, que presumían en sus casas de verano (villae maritimae) de estos grandes espacios para la cría, que empezaron a denominarse como ‘piscinarii’. Pronto, y fruto de los movimientos de población debidos a la conquista del Mediterráneo occidental por Roma, estas prácticas fueron difundiéndose progresivamente como resultado de los procesos de colonización itálica en los nuevos territorios, entre ellos, Hispania.
