El envío de comida a domicilio por parte de la restauración comercial —bares y restaurantes, cafeterías y locales de comida rápida— se ha convertido en una de las áreas de negocio más dinámicas del sector, con un incremento de las ventas del ocho por ciento en el pasado año 2015.
Según la empresa de investigación de mercados The NPD Group, este crecimiento en las ventas de comida a domicilio se produce en un momento en el que la oferta se ha ampliado y ya no se limita a los clásicos menús de comida china o de pizza, al tiempo que ha mejorado la accesibilidad a los establecimientos que ofrecen este servicio, gracias a los llamados ‘agregadores’ (Just Eat y Deliveroo, entre otros), que acercan la carta de cualquier restaurante al hogar y permiten hacer pedidos a golpe de clic.
Además, el nuevo consumidor se ha acostumbrado a comprar online y a recibir sus compras rápidamente en casa, una experiencia que traslada a los pedidos de comida. “No es solo el menú, es también el servicio y la demanda del cliente por tener la comida servida en su salón. El consumidor sabe lo que quiere y lo quiere aquí y ahora”, destaca Vicente Montesinos, director de NPD Group para el Sur de Europa.
El boom de los agregadores
La mayor parte del negocio de envíos de menús a domicilio sigue estando en manos de los especialistas: pizzerías, restaurantes chinos y otros locales especializados en delivery suman el 77% de las ventas y, entre ellos, solo los operadores de pizza concentran el 38% del total. Sin embargo, son los establecimientos alejados de este entorno los que están experimentando un crecimiento más fuerte, con un aumento de las ventas del 29% en 2015, favorecidos por los agregadores de Internet y del móvil, que trabajan más con este segmento emergente que no ofrecía servicio a domicilio y ahora encuentra en este negocio una nueva vía de obtención de ingresos.
La variedad de la oferta permite a su vez que la popularidad de estas plataformas de servicio online vaya en aumento, con un incremento de las ventas del 26% el año pasado. “Los agregadores crecen en ventas y en valor e impulsan a una base de restaurantes y bares que antes no competía en el envío a domicilio, con lo que una parte canibaliza a otras opciones y otra parte crea un nuevo mercado”, explica Vicente Montesinos.
Estos datos reflejan que, después de años de crisis en los que se ha producido un trasvase del consumo de la hostelería al hogar, muchos españoles quieren disfrutar de los menús que preparan bares y restaurantes, pero sin tener que salir de casa, lo que permite un claro control del gasto.
Gasto medio
En cualquier caso, el gasto medio por comensal en pedidos a domicilio (5,46 euros) está en torno a la media del mercado (5,57 euros), por lo que este tipo de servicio no es más caro que otras opciones. Resulta destacable, eso sí, el ticket medio en los pedidos realizados a través de los agregadores, que se sitúa en 14,5 euros, 2,5 veces superior a la media.
Pese a su dinamismo, el negocio de delivery aún representa una pequeña parte del mercado, con el 3% de las ventas totales del sector, si bien el consumo fuera de los establecimientos de restauración —incluyendo además los servicios take away (comida para llevar) y drive thru (pedidos desde el coche)— alcanza un peso del 11% sobre el total.
