Las ventas de vinos en la Denominación de Origen Toro en el primer trimestre de 2017 han aumentado un 17,32% con respecto al mismo periodo del año anterior, una cifra que el Consejo Regulador ve con optimismo y, a la vez con cautela, a la espera de comprobar cómo se comporta el mercado a lo largo de todo el año.
De las 3.150.000 botellas comercializadas bajo etiqueta de la Denominación de Origen Toro, 2.076.500 han sido de vinos Jóvenes, un 87.64% correspondiente a vinos tintos, un 6.96% a vinos blancos y un 5.4% a vinos rosados. La siguiente tipología de vino más vendida es la de vinos con categoría de Roble, 677.500 botellas —que por primera vez se contabilizan de forma independiente a los jóvenes— seguida de la categoría de los vinos Crianza, con 300.000 botellas, la de los Reserva, con 92.500 botellas, y la de los Gran Reserva, con 2.500 botellas.
Este extraordinario incremento en las ventas viene determinado, en opinión del presidente de la Denominación de Origen, Felipe Nalda, “fundamentalmente por la calidad de los vinos, las acciones de promoción y la repercusión entre los prescriptores y medios de comunicación”. Para el presidente, estos datos son, “en principio, algo circunstancial”, ya que habrá que comprobar cómo se comporta el mercado a lo largo de todo el año.
Sin embargo, a este incremento sustancial ha contribuido “el posicionamiento y presencia en prensa especializada; así como las altas puntuaciones obtenidas por los vinos en las publicaciones más prestigiosas a nivel nacional e internacional, como en The Wine Advocate (Robert Parker), o el galardón a la D.O. Mejor Valorada por el Público en el Salón Peñín”, argumenta el presidente de la Denominación de Origen.
Además, Nalda pone en valor la calidad de los vinos y que el incremento registrado va acompañado de una estabilidad en cuanto al número de bodegas y hectáreas de viñedo registradas. “También vemos una tendencia de mejora en el mercado exterior y en el nacional los vinos de Toro continúan con un buen posicionamiento”, añade.
Vinos de Toro, vinos con tradición
Los vinos de Toro cuentan con una gran tradición. Sus orígenes son anteriores al asentamiento de los romanos. En la Edad Media fue considerado un bien de gran aprecio, siéndole concedido privilegios reales que permitían su comercialización en ciudades donde la venta de otros vinos estaba prohibida. Se llenaron con estos vinos bodegas reales y navíos que alcanzarían las tierras del nuevo mundo.
Durante el siglo XIX se exporta en grandes cantidades a Francia para suplir la falta de vino provocada por la plaga de la filoxera. En los años 70 del siglo XX se dan los primeros pasos para crear lo que con el paso del tiempo llegaría a ser la Denominación de Origen Toro, cuya culminación llega en 1987.
