El Gobierno ha aprobado una actualización de las normas de calidad de las aceitunas de mesa, las harinas y sémolas y la cerveza y bebidas de malta, con la que se quiere mejorar la competitividad del sector y garantizar la competencia leal entre los operadores, adaptando las definiciones y denominaciones a las actuales tendencias de consumo.
El Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes, a propuesta de los Ministerios de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, y de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, las Normas de calidad de las aceitunas de mesa, las harinas, sémolas y otros productos de la molienda de los cereales y de la cerveza y las bebidas de malta. Se actualiza así la normativa nacional en materia de calidad alimentaria en estos sectores, teniendo en cuenta la legislación nacional e internacional, los intereses del sector y la nueva normativa sobre información alimentaria facilitada al consumidor.
Normas de calidad: las novedades
Su objetivo es fomentar la innovación y el desarrollo tecnológico del sector contemplando, entre otros temas:
- En el caso de las aceitunas de mesa, la recolección mecanizada, los nuevos productos y las nuevas formas de elaboración, así como la indicación voluntaria de la variedad en el etiquetado.
- En la norma de harinas, sémolas y otros productos de la molienda de cereales, se establece un marco que regula las condiciones que deberán reunir los productos destinados tanto al consumidor final, como los vendidos de empresa a empresa para la preparación de productos. También se incluye la actualización de las definiciones y la incorporación de nuevas denominaciones, destacando la ‘harina de trigo flor’ y la ‘harina de trigo morena’.
- En la norma de la cerveza y de las bebidas de malta se establece la definición de la cerveza como alimento elaborado a partir de materias primas naturales. Se incorporan nuevos conceptos (mosto cervecero) y productos consagrados por el uso, pero no definidos hasta este momento (clara y bebida de malta). También se actualizan las definiciones de los productos preexistentes, de los requisitos de la información alimentaria facilitada al consumidor y de los métodos analíticos aplicables a los distintos tipos de cerveza y bebidas de malta. Destaca la incorporación del concepto de ‘fabricación artesana’ y la posibilidad de incorporar nuevos ingredientes, tales como frutas o especias.
Con esta actualización de la normativa de calidad se quiere mejorar la competitividad del sector, garantizar la competencia leal entre los operadores y dotar de las mismas condiciones a todos los productores. Al mismo tiempo se actualiza la normativa, adaptando las definiciones y denominaciones a las actuales tendencias de consumo y se amplían los productos regulados.
