Coincidiendo con la celebración de la festividad de San Isidro, patrón de la agricultura y de la ciudad de Madrid, desde Mercamadrid han querido destacar los numerosos alimentos que llegan cada día directos desde la huerta madrileña a la Unidad Alimentaria, para ser comercializados y distribuidos en menos de veinticuatro horas.
Productos que se recogen en la huerta por la tarde y se comercializan al amanecer en Mercamadrid para estar en mercados, fruterías y establecimientos habituales al comenzar la jornada. En menos de veinticuatro horas, la huerta puesta en las mesas de los hogares madrileños, lo que permite al consumidor disfrutar de los productos frescos de proximidad con unas cualidades organolépticas y propiedades nutricionales excepcionales.
La huerta de Madrid
Localidades como Villa del Prado, San Martín de la Vega, San Martín de Valdeiglesias, Getafe, Villaconejos o Fuenlabrada disponen de huertas que nutren las mesas de la región de productos como pepinos, tomates, lechuga de hoja de roble, escarola, cebolletas, espárragos, melones, calabaza, acelgas, ajos, zanahorias, brécol, coliflor, lombarda, calabacín, etc. Sin olvidar que Madrid es una de las principales zonas productoras de perejil, ingrediente con gran arraigo en la cultura gastronómica del país.
En definitiva, todos ellos productos de la huerta de proximidad, alimentos ricos y saludables que, además, favorecen la economía circular y social en las zonas próximas, y reducen el impacto medioambiental.
Productos de proximidad
En Mercamadrid se comercializan al año más de 100 millones de kilos de productos de Madrid y zonas limítrofes, lo que le convierte en el mercado de referencia en cuanto a productos de proximidad. Y, para facilitar su localización a los clientes minoristas, existe un distintivo que señaliza los puestos donde las empresas mayoristas comercializan de manera habitual producto de proximidad, basado en las siguientes normas:
- La distancia entre el punto de producción y comercialización no supera 100 kilómetros.
- Productos de temporada, garantía de calidad y con una relación calidad/precio equilibrada.
- Variedades autóctonas que requieren menor esfuerzo de conservación, pues se reducen notablemente los tiempos desde que se recolectan hasta su venta.
- Favorecen las economías locales y dinamizan la economía circular.
- Reducen la huella de carbono, derivada de la menor distancia a recorrer para su transporte.
Se da respuesta así al creciente interés del consumidor por este tipo de alimentos, ya que según los últimos estudios publicados, a la hora de adquirir un producto, además del precio la decisión de compra se basa en cuestiones como el origen, o el impacto ambiental y social.
