La edición 2021 de Slow Fish, el evento bienal dedicado a los alimentos de origen marino y a los ecosistemas sostenibles organizado por Slow Food y la región italiana de Liguria, se celebrará, una parte en modo online, y otra presencialmente en la ciudad italiana de Génova, del 1 al 4 de julio.
Bajo el tema central de Los ciclos hídricos, esta décima edición del evento internacional inició sus actividades online el pasado jueves con un amplio programa que aborda los problemas y retos que afrontan nuestros océanos, reuniendo a diversas comunidades de pescadores, científicos, cocineros y organizaciones que nos muestran cómo todos nosotros podemos ser clave para crear un futuro mejor.
Slow Fish 2021. El programa
Un programa que prevé conferencias y foros, vídeos explicativos sobre cómo se hace, donde se describen técnicas de producción, recetas y elaboraciones secretas de alimentos, cuentos del mar, historias de la gente y comunidades de todo el mundo, peces fuera del agua, diálogos en línea que acercarán universos aparentemente distantes; y food talks con escritores, economistas, filósofos, antropólogos y ecologistas.
“El objetivo de Slow Fish 2021 es mostrar cómo las elecciones individuales y colectivas tienen efectos colaterales más allá de lo que podemos ver, gracias a la compleja red de interconexiones que lo relaciona todo, desde lo más microscópico hasta lo más grande, el nivel planetario”, comenta Antonio García Allut, profesor asociado de la Universidad de La Coruña, miembro de la nueva Junta Asesora de Slow Fish.
Por su parte, Paula Barbeito, coordinadora de la Red de Slow Fish, explica que “Slow Fish siempre ha mirado a los mares y los océanos, cuya salud tiene un gran impacto en nuestras propias vidas en este planeta. Pensemos en la influencia que tienen los mares y los océanos en el clima, o en los modos que el comportamiento humano puede dañar estos ecosistemas. Las actividades de producción intensiva, por ejemplo, requieren el uso masivo de sustancias químicas que contaminan la atmósfera, aumentan el carbono atmosférico e incluso tienen un impacto en el nivel de pH de los océanos, provocando una acidificación a largo término. Por otro lado, actividades que tienen como objetivo una mayor sostenibilidad se llevan a cabo intentando que el equilibrio natural se desestabilice lo mínimo posible”.
