El café en cápsulas es una tendencia al alza, tanto a nivel nacional como europeo, donde ya representa casi la cuarta parte (23 %) del consumo de café en los hogares. Sin embargo, el sistema implica una compleja gestión de residuos porque, además de su pequeño tamaño, suelen contener plástico, aluminio y restos orgánicos que dificultan su proceso de reciclaje y suponen un importante impacto ambiental.
Teniendo esto en cuenta, la empresa Coffee Productions y el centro tecnológico AINIA, a través de proyecto COFFEECAP: Desarrollo de una cápsula de café con propiedades barrera mejoradas, han colaborado en el desarrollo de un prototipo que supone una solución tecnológica al reto de lograr envases más sostenibles y respetuosos con el medioambiente. En los estudios realizados, la cápsula ha alcanzado una biodegradación en el mar del 30 % en nueve meses, por lo que se prevé que se biodegradará completamente en un período máximo de tres años. En condiciones de compostaje industrial, este tiempo se reduce a poco más de un mes.
Compostable y biodegradable en el mar
“La obtención de este prototipo supone una solución tecnológica ante el reto de lograr envases más sostenibles y respetuosos con el medioambiente. Por un lado, es una cápsula industrializable que cumple con la función barrera de conservar la vida útil del café; y por otro lado, respeta los requisitos de compostabilidad y biodegradación marina”, explica Luis Gil, técnico de la línea de envase de AINIA. Por su parte, el director técnico de Coffee Productions, David Vila, puntualiza que “hemos buscado materiales sostenibles que cumplan con la doble funcionalidad de mantener la seguridad del envase, sin alterar ni la calidad, ni ninguna de las propiedades del café”.
El prototipo desarrollado tiene entre sus componentes polihidroxialcanoato (PHA), un biopolímero producido por bacterias por fermentación del azúcar o lípidos. La aplicación más conocida de estos biopolímeros es la fabricación de botellas desechables, bolsas y otros productos de un sólo uso como pañales, servilletas, vasos y cubiertos.
Para analizar la biodegradación de estas cápsulas se ha contado con la colaboración del Grupo de Polímeros y Materiales Avanzados de la Universitat Jaume I de Castellón, coordinado por el profesor Luis Cabedo, que ha analizado su descomposición en el medio marino simulado y real, y ha comprobado que “en nueve meses de inmersión marina, las cápsulas han perdido en torno al 30 % de su peso, de una manera segura, lo que hace prever que desaparezcan completamente en aproximadamente tres años”.
