Los vinos elaborados en la región de Jerez, siguiendo unos procesos tradicionales determinados y cumpliendo con unas condiciones específicas, cuentan con las figuras de calidad europeas Denominaciones de Origen Jerez-Xérès-Sherry y Manzanilla – Sanlúcar de Barrameda.
La amplia y variada gama de Vinos de Jerez puede verse como un reflejo fiel de la larga historia y el carácter amable y acogedor de los andaluces, por lo que tienen características sensoriales cuyas variaciones y matices rara vez coinciden en otras partes del mundo del vino. Varían en color, desde el más pálido hasta el más oscuro, y en sabor, desde el más seco hasta el más dulce.
La zona de producción de los vinos amparados por estas Denominaciones está situada en el extremo sur de la península ibérica: solo los viñedos de Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda, Trebujena, Chipiona, Rota, Puerto Real, Chiclana de la Frontera y Lebrija pueden producir uva para la elaboración de vinos de Jerez y Manzanilla, un territorio que actualmente ocupa una superficie de unas 7.000 hectáreas.
Pero, además, dentro de esta zona se distingue la tradicionalmente designada como Jerez Superior, integrada por las viñas plantadas en tierras de albarizas que por su constitución físico química, su situación y clima, son las idóneas para la producción de vinos de calidad superior. Otra importante delimitación geográfica es la llamada Zona de Crianza, o Triángulo del Jerez: solo en las ciudades de Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda puede completarse el proceso de crianza de los vinos amparados por la Denominación de Origen.
El resultado, unos vinos deliciosos para tomar, para maridar con comidas o para preparar platos como este Aperitivo de queso de cabra, una receta ofrecida por la DO Vinos de Jerez que proponen maridar con un Amontillado.
Bolitas de queso de cabra con frutos secos y hierbas provenzales
INGREDIENTES
- 100 g de queso de cabra
- 100 g de queso philadelphia
- 30 g de pistachos pelados
- 100 g de nueces
- 1/2 cucharadita de hierbas provenzales
- 1 pizca de pimienta
- 5 dátiles grandes
ELABORACIÓN
Rallamos el queso de cabra, picamos los pistachos y los dátiles y, junto con el resto de los ingredientes excepto las nueces, mezclamos todo bien en un bol y reservamos la mezcla en el frigorífico durante 4 horas o 1 hora en el congelador.
Luego, sacamos el recipiente y con las propias manos vamos haciendo bolitas con la masa.
Partimos las nueces en trocitos y las dejamos en un plato llano, junto con algo más de hierbas provenzales.
Pasamos cada bolita de queso por encima de las nueces troceadas de modo que se adhieran y queden más compactas. Servimos en frío.
