La conocida Ternera Avileña fue la primera Denominación de Carne Fresca amparada en España y con reconocimiento en la legislación de la Unión Europea, bajo el nombre de Indicación Geográfica Protegida (IGP) Carne de Ávila.
Un cuarto de siglo ya de pasado como IGP, un gran futuro por delante, y un presente avalado por un producto cuya calidad da lugar a elaboraciones culinarias como estas Brochetas de churrasco de Carne de Ávila y verduras, una receta ofrecida por la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Carne de Ávila.
Brochetas de churrasco de Carne de Ávila y verduras
INGREDIENTES
Para 4 personas
- 500 gr. de churrasco de Carne de Ávila
- 200 g. de tomates cherry
- 1 calabacín
- 300 g. de brócoli
- Aceite
- Sal
- Salsa (al gusto)
ELABORACIÓN
Preparamos el brócoli, para ello lo lavamos y lo cocinamos al vapor para que, cuando vayamos a comerlo esté tierno. Lo haremos durante aproximadamente 15 minutos.
Mientras tanto, limpiamos la carne, retirando la grasa y la cortamos en trocitos más o menos grandes. (El churrasco, al presentarse en filetes no muy gruesos, hará que los trocitos resultantes sea más pequeños).
Lavamos el resto de la verdura y cortamos en rodajas un poquito más gruesas los calabacines.
Una vez que el brócoli esté listo, ensartamos en cada brocheta un trozo de cada verdura con el churrasco, alternativamente, y la sazonamos al gusto.
Incorporamos todos los ingredientes en la plancha.
Notas de cocina. Las brochetas se pueden acompañar con una salsa de yogur, un condimento ligero y fresco.
Un poco de historia
Si nos remontamos a los orígenes, el testimonio más antiguo de la explotación bovina en esta zona lo encontramos en el periodo de la prehistoria, representado por los conocidos Toros de Guisando, conjunto escultórico de figuras de piedra del pueblo vetón que se encuentra en el cerro de Guisando y que pertenece al término municipal de El Tiemblo (Ávila).
Es ya en la época romana cuando los bovinos avileños se presentan tirando de las carretas o en rutas de trashumancia. En los siglos XIV y XV se abren ferias de mercados, y el tráfico de mercancías y de ganado es intenso. En esta época toma importancia la Ternera de Castilla, siendo testimonio de aquel tiempo la Ermita de Ávila, popularmente conocida como “de las vacas”, en la que existe un cuadro que reproduce estos bovinos.
Más tarde, en el siglo XVIII, la Raza Castellana cobra importancia como bovino de trabajo y en la segunda mitad del siglo XIX surgirá la Raza Serrana, que con el paso del tiempo y debido a los cruces con otras razas, evolucionará dando lugar a la Avileña – Negra Ibérica.





