Declarar patrimonio mundial el paisaje cultural del vino y el viñedo es el objetivo de la candidatura conjunta que La Rioja y País Vasco presentarán próximamente a la UNESCO tras la firma esta semana de un protocolo de colaboración que recoge la voluntad de ambas administraciones en este sentido. La candidatura conjunta a la lista […]

Declarar patrimonio mundial el paisaje cultural del vino y el viñedo es el objetivo de la candidatura conjunta que La Rioja y País Vasco presentarán próximamente a la UNESCO tras la firma esta semana de un protocolo de colaboración que recoge la voluntad de ambas administraciones en este sentido.

La candidatura conjunta a la lista de bienes culturales considerados patrimonio mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura se presentará bajo el título de ‘El paisaje cultural del vino y el viñedo de La Rioja y La Rioja Alavesa’.

Las razones de la candidatura

candidatura3En el acto de firma del protocolo, el consejero de Educación, Cultura y Turismo del Gobierno de La Rioja, Gonzalo Capellán, destacaba que la declaración de Patrimonio de la Humanidad “supondría mejoras en la protección del medio natural, la difusión de la cultura del vino y en la promoción del turismo enológico”, señalando que “esta candidatura es un paso clave para proteger y lograr un mayor reconocimiento del vino como patrimonio cultural.»

Por su parte, la consejera de Cultura vasca, Blanca Urgell, expresaba su confianza en que “el próximo Gobierno Vasco se comprometa activamente con la candidatura que, además de reconocer la excepcionalidad cultural del paisaje del vino y el viñedo de La Rioja y la Rioja Alavesa, servirá para apoyar su modelo de desarrollo y para proyectar en el ámbito internacional su extraordinaria riqueza cultural y su industria del vino.»

Las clave del acuerdo

candidatura2En el texto del acuerdo se recoge que las comunidades autónomas de La Rioja y el País Vasco comparten elementos territoriales, históricos, económicos y culturales que facilitan la realización de proyectos conjuntos en beneficio de sus habitantes, permitiendo así conseguir un futuro de progreso y desarrollo.

En este sentido, el paisaje cultural conformado por los espacios dedicados al cultivo del viñedo y a la elaboración del vino en una zona singular histórica, geográfica y culturalmente como son La Rioja y La Rioja alavesa, presenta un carácter claramente constitutivo y diferenciador de dicho territorio, análogo a otros paisajes culturales como el de la región vitivinícola de Tokay (Hungría), el de la Jurisdicción de Saint-Emilion (Francia) o el de la Región vitícola del Alto Duero (Portugal).

En el caso de La Rioja y La Rioja Alavesa, el paisaje cultural -entendido como fruto de la interacción de la naturaleza y el hombre a través del tiempo y de los usos propios de los diferentes periodos históricos- conformado por los múltiples elementos de lo que se conoce como ‘cultura del vino’, constituye un elemento que no sólo supera las fronteras autonómicas sino que parte de los primeros lagares rupestres para llegar hasta nuestros días con las mejores muestras de la arquitectura del vino del siglo XXI, verdadero eje central del turismo enológico.

A ello se une el atractivo de un medio natural al servicio del hombre, con campos de vides, amoldándose al ribazo, al valle del Ebro, y focalizando la actividad de las personas dedicadas al mundo de la vitivinicultura.

Oportunidad de promoción y proyección internacional

Todo ello en su conjunto es considerado por los responsables de ambas comunidades como una oportunidad de promoción y proyección internacional de nuestro paisaje para poner en valor un recurso natural y cultural como foco de dinamización de La Rioja y La Rioja Alavesa y como motor generador de riqueza clave en el futuro de la zona y de sus habitantes.

Además, ambas regiones entienden que el paisaje reúne todas las condiciones para optar a los procesos selectivos que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) tiene establecidos a fin de identificar y reconocer los bienes que forman parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad.

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