El Consejo de Ministros actualizó la pasada semana el real decreto sobre contaminación producida por nitratos, una norma clave para reducir los problemas de este tipo de contaminación en las masas de agua, reforzar la protección de las más vulnerables y alcanzar los objetivos ambientales previstos tanto a nivel nacional como de la Unión Europea.
En este sentido, la Directiva europea sobre protección de las aguas contra la contaminación por nitratos procedentes de fuentes agrarias impone a los Estados miembros la obligación de identificar las aguas afectadas por este tipo de contaminación, vigilando la concentración de nitratos a través de estaciones de muestreo, y establece criterios para designar como zonas vulnerables las superficies cuyo drenaje dé lugar a la contaminación por nitratos y para poner en funcionamiento programas de actuación coordinados con las actividades agrarias.
Pero, a pesar de los esfuerzos realizados en estos años, los resultados no han conseguido paliar los efectos de este tipo de contaminación, de modo que el alto contenido en nitratos de ríos y acuíferos es uno de los principales problemas existentes en las masas de agua de todo el país. En concreto, en España afecta a un 22 % de las masas de agua superficial y al 23 % de las masas de agua subterráneas.
Contaminación por nitratos en masas de agua
La estrategia europea De la granja a la mesa y la Estrategia de Biodiversidad para 2030 del Pacto Verde Europeo marcan, entre otros objetivos, una reducción de la contaminación por exceso de nutrientes del 50 %, lo que supondrá una reducción del 20 % en el uso de fertilizantes, para lo cual plantean el desarrollo de un plan de acción para la gestión de nutrientes, que resulta de especial relevancia en el caso de España. Las principales novedades de la actualización del real decreto son:
- Se establecen criterios más ambiciosos que los actuales para identificar mejor las aguas afectadas por nitratos
- Determina umbrales más exigentes para la declaración de aguas afectadas y, consecuentemente, para la designación de zonas vulnerables.
- Por ello, también se estudiarán las presiones agropecuarias, urbanas y otras que puedan considerarse significativas, así como los impactos registrados sobre las aguas.
- Se incrementa hasta el 50 % la superficie de las zonas protegidas que se han identificado como vulnerables a este tipo de contaminación. Sobre ellas se desarrollarán programas de actuación más exigentes, incluyendo limitaciones específicas sobre fertilización vinculadas a las que se regulen en la planificación hidrológica.
- La normativa también incrementa significativamente la densidad de estaciones de control y aumenta el número y frecuencia de los muestreos en las aguas para analizar su contenido en nitrógeno y otros contaminantes asociados. Asimismo, establece medidas adicionales y acciones reforzadas para revertir la contaminación existente.
- Se asume el compromiso de hacer pública toda esa información para que pueda ser usada por los ganaderos y agricultores para ajustar sus pautas de fertilización. De esta forma, se exige la preparación de un informe cuatrienal que analice la eficacia de las medidas que se contemplen, que se remitirá a su vez a la Comisión Europea.
