Menor frecuencia de compra pero mayor gasto, intenciones de cambiar los hábitos de alimentación, menor fidelidad al supermercado de referencia habitual… una nueva situación que ha creado nuevos hábitos de consumo, lo que representa un desafío tanto para las cadenas de alimentación como para sus proveedores.
La consultora internacional Oliver Wyman está llevando a cabo un ejercicio de análisis del comportamiento del consumidor mediante la realización de encuestas periódicas en nueve países —Alemania, Reino Unido, España, Italia, Francia, Estados Unidos, Suiza, Países Bajos, Australia, entre 500 y 1.000 personas en cada país — y el análisis de las conversaciones en redes sociales.
En general, más de un tercio de los consumidores ha visto disminuir los ingresos de sus hogares siendo los países más afectados España (58 %) e Italia (47 %). En el caso del consumidor español, el 29 % de los encuestados respondieron que están gastando más en alimentación. Sin embargo, en Italia, donde la crisis está más avanzada, la tendencia ha cambiado y ahora, el 28 % de los italianos afirma que gasta menos frente al 19 % recogido en la encuesta realizada dos semanas antes. Este cambio de tendencia podría indicar síntomas iniciales del posible proceso de desaceleración económica que estaría limitando la capacidad de compra de los hogares.
Nuevos hábitos de consumo
La cuarentena está afectando la rutina diaria y semanal de los compradores a nivel mundial. El 58 % de los clientes en todo el mundo continúa disminuyendo la frecuencia de visita a las tiendas. Está tendencia es común en todos los países estudiados y, además, sigue en aumento con respeto a los datos obtenidos dos semanas antes. Por ejemplo, el porcentaje de británicos que afirma ir con menor frecuencia a la compra ha pasado de un 30 % a un 59 %, siendo este dato aún mayor en España con un 73 % frente al 63 % de los encuestados dos semanas antes.
La menor frecuencia de compra junto con un aumento de la cesta de la compra por visita plantea un verdadero desafío operacional para las cadenas de alimentación. Además, los consumidores son menos leales a las marcas y se encuentran con restricciones a la hora de hacer la compra en el supermercado. Un 29 % de los españoles afirma que ha cambiado de supermercado de forma temporal y un 6 % declara que ha cambiado de supermercado de forma definitiva, tendencia que se acentúa a medida que avanza la crisis por país. Italia es el país en el que el consumidor actualmente está siendo más infiel, ya son un 13 % los consumidores que afirman haber cambiado definitivamente de supermercado frente al 7 % recogido dos semanas antes.
El canal online
Los consumidores están considerando activamente formas de no ir al supermercado y recurren a la compra online. El 6 % de los españoles se han cambiado a la compra por internet al menos temporalmente y un 4 % afirma haberlo hecho de forma definitiva. Antes del COVID-19, el 7 % de los españoles ya había comprado online frente al 16 % de los consumidores en el resto de los países analizados.
Sin embargo, el aumento de penetración del canal online solo será posible si el sector encuentra una solución al cuello de botella de su capacidad actual, que plantea al consumidor problemas como la falta de horarios disponibles de reparto o la falta de disponibilidad del producto, entre otros.
El consumidor posCOVID
Finalmente, el informe de Oliver Wyman señala una serie de síntomas iniciales del impacto que la situación actual tendrá en la alimentación de los consumidores posCOVID-19. Previamente, el consumidor estaba aumentando su consumo de comida fuera del hogar e incrementando la compra de comida preparada. Sin embargo, un 38 % de los encuestados afirma que cocinará más en casa después de la cuarentena y, además, consumirán diferente: un 40 % afirma que comprará más producto de proveedores locales y un 21 % declara que consumirá más comida saludable.
