Problemas de valorización y comercialización de la producción como la venta a pérdidas, la necesidad de apostar por generar valor añadido o las importaciones, el control de las importaciones de mieles procedentes terceros países y la necesidad de que este dato se refleje claramente en el etiquetado…
Son algunos de los temas relacionados con la miel que a principios del pasado mes de marzo se abordaron a lo largo de una reunión mantenida entre el Ministerio y las principales organizaciones profesionales para analizar la situación del sector apícola y explicar las diferentes medidas y líneas de trabajo que el Ministerio estaba impulsando para corregir las debilidades estructurales de un sector que, además de su importancia económica, tiene un alto valor medioambiental.
Y en esta línea, el Consejo de Ministros celebrado ayer martes aprobó un Real Decreto que modifica la normativa vigente sobre calidad de este producto en lo relativo a su etiquetado para garantizar una información más detallada sobre el origen del producto.
Modificación de la norma de calidad de la miel
Para ello se establecen varios criterios, entre los que destacan:
- Cuando una miel se haya elaborado a partir de mieles de distinta procedencia, se deberá indicar en el etiquetado el listado completo de los países de origen donde se hayan recolectado las diferentes variedades.
- En el caso de que proceda de un único país, también será obligatorio indicarlo en la etiqueta, por lo que las mieles cien por cien españolas se podrán identificar claramente.
- Para garantizar el cumplimiento de esta nueva exigencia y su comprobación por las autoridades competentes, se exige también a los operadores que recojan, dentro de su sistema de autocontrol, las evidencias necesarias para demostrar los orígenes de las mieles empleadas en las mezclas.
Con este Real Decreto, que favorece la transparencia en la información, se pretende que el consumidor tenga un conocimiento más completo sobre el origen de la miel que desee consumir, lo que le permitirá ejercer una opción de compra con más fundamento.
Además, los apicultores españoles, que producen una miel de excelente calidad, podrán competir en el mercado con la miel que proviene del exterior, en mejores condiciones.
