diariodegastronomia.comNo hay término medio. Si no te gusta el queso es casi imposible que te guste un Cabrales, pero si eres un ‘cheeselover’ te será difícil resistirte a la tentación de su penetrante aroma y de su picante sabor.
El queso de Cabrales tiene mucha historia. Pocos saben que fue el segundo de todo el país en conseguir Denominación de Origen, en 1981, tan solo unos meses después que el Roncal, con lo que el Consejo Regulador camina hacía su cuarenta aniversario.
También fue uno de los primeros en tener un certamen propio, que cada año se celebra el último domingo de agosto y que hubiera cumplido de haberse celebrado hace unos días su edición número cincuenta. El Certamen del queso de Cabrales ha batido todos los récords imaginables. En las últimas ediciones se ha creado un ambiente único que ha llevado a hosteleros de varios lugares del mundo a pujar por llevarse la pieza ganadora del certamen. El año pasado se pujó desde Dubai, Madrid u Oviedo, que fue quien finalmente y tras una dura pugna abonó 20.500 € que permitió al Llagar de Colloto hacer historia y que el queso entrara en el Guinness World Records como el más valioso del mundo conseguido en una subasta. En la última edición la quesería ganadora fue Arangas, que sucedió a la vencedora de 2018, Valfríu. En anteriores certámenes habían triunfado también las queserías Vega de Tordín y Maín.
El Cabrales ve así recompensada la labor artesanal de los pastores y queseros de los Picos de Europa, porque la mejor manera de valorar este queso y a sus elaboradores es visitar cualquiera de las queserías que cada fin de semana abren sus puertas a quien quiera descubrir los secretos de uno de los quesos azules más importantes del mundo. Los pastores extraen la leche cada mañana bien temprano de sus vacas, cabras y ovejas, y la transportan con celeridad a la quesería. Allí comienza el primer paso, el cuajado, que sucede en apenas unas horas y en la que no te puedes despistar, porque hay que cortar la cuajada. Una vez en los moldes, pasan sus primeros días en la quesería, para después madurar en cuevas naturales con una humedad extrema. Esto es lo que permite que el ‘penicillium roqueforti’ avance. Como mínimo debe permanecer dos meses en la cueva, aunque la mayoría de los queseros lo mantienen entre tres y cuatro meses.
La última moda es madurar las mejores piezas hasta los seis o incluso siete meses, porque en contra de lo que pudiera parecer el queso suaviza su potencia y se vuelve más cremoso.
En toda tabla de quesos que se precie debería haber un queso azul, y sin duda el Cabrales es el mejor representante español en esa batalla. Existen cerca de 30 queserías acogidas a la Denominación de Origen Protegida, con lo que hay mucho y bueno donde elegir.
Queso Cabrales con sello de garantía Denominación de Origen
Imitadores, no, gracias
El mayor hándicap que ha tenido el queso de Cabrales siempre ha sido que lo han copiado, imitado sin pudor, y muchos quesos azules no solo de España sino de otras partes de Europa se envasan en nuestro país intentando confundir al consumidor. Pero diferenciar un auténtico Cabrales es una tarea muy sencilla, porque solo es Cabrales aquel reconocido por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen, y todas las piezas llevan el sello de garantía que lo diferencia. Basta con mirar en la etiqueta para vislumbrar si estamos ante un verdadero Cabrales o un burdo imitador.
Concejo asturiano de Cabrales en los Picos de Europa
Los Picos de Europa, visita obligada
Lo cierto es que visitar el concejo asturiano de Cabrales es adentrarse en la naturaleza más abrupta y sorprendente de Asturias. Nuestra cabeza tendrá que reclinarse hacia atrás para admirar unas montañas únicas, las mismas en la que la ganadería principalmente vacuna campa a sus anchas rumiando con calma y caminando con la seguridad de que los Picos de Europa son su hábitat natural.
Escaparse este otoño un fin de semana a Asturias, que cuenta con vuelos directos a Barcelona, Madrid, Málaga, Sevilla y Valencia, es un plan muy interesante que te permitirá descubrir el verdadero Cabrales y te permitirá entender una cultura quesera muy especial. La renovación generacional se está produciendo de una manera pausada pero continua, garantizando así que el queso de Cabrales seguirá en nuestros paladares durante muchos años más.
