El avance de la impresión 3D sobre los distintos mercados y segmentos de consumo ha crecido notablemente durante los últimos siete años. Se ha pasado de un modelo de consumo con medios limitados en cuanto a máquinas y materiales, a un modelo de consumo con medios orientados a mercados como la automoción, aeronáutica…

En el caso de la comida, la impresión 3D es una herramienta que permite generar formas y geometrías específicas a partir de comida y, digamos que, habilita la creación de nuevos conceptos gastronómicos. La manera de explorar conceptos alimentarios derivados de a impresión 3D con mayor velocidad y productividad no está tan lejos, solamente es necesario un complemento.

En este sentido, el sector alimentario también ha recibido novedades durante esos años: impresión en 3D de purés, pastas, chocolates e incluso gelatinas… se ha ido llevando a cabo, aunque prácticamente todas las soluciones necesitan mejorar las velocidades de procesado para adecuarse a las demandas de la industria alimentaria, la hostelería o la restauración. Muchas de las máquinas existentes, aunque aportan un alto valor añadido en materia de I+D o en negocios de alta especialización orientados al trabajo con alimentos, no cumplen las expectativas de productividad, y no consiguen altas velocidades y las condiciones de determinados nichos.

Nuevas soluciones

Pero ¿y si la industria alimentaria y la hostelería en general pudieran disponer de una manera tangible y real de crear herramientas y productos especiales a partir de la impresión 3D de un material termoplástico fabricado a partir de productos aptos para el consumo alimentario? ¿Y si fuéramos capaces de conseguir formas, construcciones y platos que fueran imposibles de obtener de otro modo?

La impresión 3D de plásticos se basa en la fusión de filamento plástico y en la construcción capa por capa para conseguir una geometría o producto final. Por lo que, si la hostelería y la industria alimentaria fueran capaces de producir herramientas, moldes y repuestos a partir de este método, obtendrían un gran valor que potenciaría su creatividad.

La compañía española MyMat Solutions ha lanzado al mercado un filamento especial orientado a satisfacer las necesidades de producto personalizado para el segmento de consumo alimentario. Se trata de un filamento flexible que permite la construcción de piezas de rigidez configurable y flexibles.

Altas prestaciones

Los elementos fabricados a partir de este material potencian la usabilidad y la creatividad. Se puede esterilizar en autoclave, lo cual es requisito imprescindible para la industria alimentaria.

Completando los requisitos de limpieza, los ensayos llevados a cabo demuestran que los productos soportan lavados en ciclos corrientes y comunes de lavavajillas. Por lo tanto, se habilita la fabricación de productos personalizados con una orientación durable.

En cuanto a los procesos culinarios, los materiales soportan el hervido, por lo que sus aplicaciones en cocina pueden ser infinitas. También soporta su uso en horno hasta 120ºC por lo que algunas operaciones realizadas bajo esta temperatura permiten utilizar este material.

Y, finalmente, el aspecto estético. Las formas son importantes en la industria alimentaria y la hostelería. Moldes para gelatina, cubitos de hielo, helados… son de uso directo para los productos hechos a partir de este nuevo material, porque soportan bajas temperaturas con una buena flexibilidad.

Solamente una limitación: el material no permite utilizarlo en microondas.

Resumen
Avances de la impresión 3D en la industria alimentaria
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Avances de la impresión 3D en la industria alimentaria
Descripción
La impresión 3D de comida permite generar formas y geometrías específicas a partir de comida y habilita la creación de nuevos conceptos gastronómicos.
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