Un pequeño, pero práctico decálogo de recomendaciones sobre nutrición, fácil de seguir durante el viaje, para ayudar al peregrino a completar con éxito su viaje por el Camino de Santiago, comiendo adecuadamente a lo largo de un recorrido que casi siempre supone un reto difícil de superar.
Consciente de las dificultades que, para la mayoría de los que se deciden a afrontarlo, presenta el reto de superar el Camino de Santiago, marca de alimentación y nutrición deportiva online Bilfor ha elaborado este pequeño Decálogo de recomendaciones sobre nutrición, fácil de seguir durante el viaje, para ayudar al peregrino a completar el recorrido con éxito y comer adecuadamente en el Camino de Santiago.
Decálogo para comer en el Camino de Santiago
- Planificar lo que se va a comer. Para hacer el Camino hay que llevar siempre lo imprescindible y, en cuanto a alimentación se refiere, también. Deben planificarse los alimentos estrictamente necesarios, nutritivos, ligeros y que ocupen poco espacio, como, por ejemplo, las barritas energéticas. El resto se puede ir comprando cuando se alcance el final de cada etapa.
- Comer siempre ligero. Pensando en hacer la digestión lo más ligera posible para proseguir el camino sin aturdimientos, se recomienda elegir comidas sin salsas, ni frituras ni condimentos, dejando los platos más elaborados para la conclusión de cada etapa.
- Comer alimentos de origen seguro. Deben evitarse carnes y pescados poco hechos y cualquier otro alimento de origen sospechoso, que pueda presentar un riesgo potencial para la salud, porque la menor gastroenteritis podría amargar el viaje.
- Comer con pan. Debe incluirse siempre en todas las comidas el pan o cualquier otro alimento rico en hidratos de carbono, que aporten energía (patatas, arroz, pasta…).
- Comer un poco cada tres horas. Para facilitar la digestión si se ha de continuar moviendo el cuerpo, es preferible realizar cuatro o cinco pequeñas ingestas diarias, en vez de tomar grandes cantidades en una sola comida.
- Beber frecuentemente. Es fundamental mantener una correcta y constante hidratación, de manera que se debe de beber incluso sin esperar a tener sed.
- Beber preferiblemente agua o bebidas isotónicas. De cara al camino, lo ideal es el agua o una bebida isotónica que ayude a reponer las reservas de glucosa y que aportará las vitaminas y minerales que se pierden con el sudor.
- Beber sin alcohol mientras se camina. Las bebidas alcohólicas están totalmente desaconsejadas en todos los ámbitos relacionados con el esfuerzo físico y, por supuesto, en este caso.
- Comer alimentos o barritas energéticas. Las barritas energéticas y cualquier otro alimento que no pese y sea fácil de llevar (frutos secos, galletas, chocolate…), deben estar siempre a mano en la mochila.
- Comer sin escatimar calorías. El desgaste diario de energía ocasionado por las largas caminatas es motivo suficiente para no tener que andar pensando en dietas bajas en calorías.
Estas sencillas recomendaciones, junto con un entrenamiento adecuado previo al inicio de la peregrinación, asegurarán, en gran manera, que se complete con éxito la propia experiencia en el Camino de Santiago.
