Tras un riguroso proceso de análisis de la totalidad de los vinos elaborados en la Denominación con cerca de 4.800 muestras recogidas entre noviembre de 2020 y febrero de 2021 de los depósitos de fermentación de las bodegas, el pleno del Consejo Regulador de la DOCa Rioja celebrado ayer ha calificado como Muy Buena la cosecha 2020.
Para llegar a esta conclusión, las muestras de los vinos de la añada 2020 se sometieron a análisis físico-químicos y fueron catadas por un panel de ciento cincuenta profesionales, una fase de estudio organoléptico, estructurada en sesiones de 5 catadores, que ha procurado un total de veinticuatro mil determinaciones, en las que se basa la calificación.
“Una cosecha que, partiendo de una brotación explosiva temprana —en la que se afrontaron con gran profesionalidad el combate de enfermedades y los efectos de fenómenos meteorológicos adversos—, fue yendo a más y tuvo un final de ciclo con una buena maduración fenólica”, explica Pablo Franco, director del Órgano de Control del Consejo, quien también ha querido “destacar el operativo de doscientos técnicos y auxiliares de vendimia del Consejo Regulador que aseguraron el cumplimiento de la estricta normativa de la Denominación con la máxima profesionalidad y bajo exigentes protocolos antiCOVID y fue testigo de una entrada de uva en bodega en condiciones ideales en su conjunto”.
En cuanto a los vinos elaborados, esta valoración técnica actual confirma las sensaciones muy positivas que ya se obtuvieron en los primeros descubes de la añada:
- Los vinos tintos destacan por su franqueza aromática y una gran definición frutal; aportan una redondez en boca que es seña de la muy buena madurez fenólica, así como una perfecta armonía con el contenido alcohólico, más moderado que en la pasada campaña.
- Los rosados vienen marcados por una generalización de tonalidades más claras de notas rosáceas, siendo que en esta cosecha aportan una mayor maduración en cuanto a su gama aromática.
- En los vinos blancos destaca una alta intensidad de aromas, una muy buena acidez y una muy positiva evolución de la calidad; ha sorprendido especialmente el nivel de precisión con el que se están realizando las elaboraciones, que permiten hablar de una identificación propia y única de los blancos de Rioja.
