“Casi el 13% del gasto que realizan los turistas en España se refiere a bebidas con contenido alcohólico, con un impacto estimado en nuestra economía superior a 3.000 millones de euros”. Así lo aseguraba la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina el pasado jueves a lo largo del acto de clausura de la Asamblea de la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE).
García Tejerina señalaba así la vinculación del turismo con las bebidas espirituosas, un sector que calificaba como “moderno y potente” que elabora unos productos de calidad, más de 200 millones de litros anualmente y con un valor estimado de 7.400 millones de euros.
La ministra destacaba, además, que gran parte de la producción se encuentra acogida y protegida por la figura de Indicación Geográfica (IGP). En concreto, en España existen 19 Indicaciones Geográficas, cuya elaboración se realiza por 221 empresas, con una clara orientación al mercado exterior, al que dedican casi la mitad de su producción.
“Se trata por lo tanto de un sector que contribuye de manera decisiva a la consolidación del gran sector agroalimentario español, uno de los pilares de la recuperación económica”, afirmaba la titular del Departamento, añadiendo que el sector supone ya el 9% del PIB nacional y ocupa a cerca de dos millones y medio de personas, con una presencia cada vez mayor en todo el mundo. En 2014 se han superado los 40.800 millones de euros en exportación, de los que 582 millones corresponden a la exportación de bebidas espirituosas, con un incremento de casi el 20% sobre 2011.
Autorregulación
García Tejerina explicaba en la Asamblea de FEBE que el Ministerio aprobó en 2014 un Real Decreto que ha simplificado la normativa nacional sobre las bebidas espirituosas, al reforzar los requisitos y especificidades de su producción y consolidar la legislación española sobre el Brandy.
En este sentido la ministra agradecía a FEBE sus “numerosas iniciativas, como el Código de Autorregulación Publicitaria, que supera y amplía los límites legales vigentes, sometiéndose las empresas de modo voluntario a un sistema de control de los mensajes comerciales”, destacando la puesta en marcha de programas educativos especialmente destinados a los jóvenes. En concreto hizo referencia a una campaña ejemplar, que es pionera en su género, con el lema ‘Menores, ni una gota. Más de cien razones para que un menor no beba alcohol’.
