Un olivo de una edad estimada de 300 años en la localidad madrileña de Morata de Tajuña al que los lugareños llaman ‘El Perdigocho de la Cárcava’, con una altura aproximada de 3 metros, un perímetro de 7,10 metros que aúna sus tres pies y que da una producción anual media de 50 kilos ha sido elegido mejor olivo monumental de Madrid.
Este ejemplar, que fue elegido el pasado mes de febrero como Mejor Olivo Monumental de la Comunidad de Madrid en el primer Concurso Olivo Monumental 2014 recibirá el premio mañana sábado 11 de abril en el Mercado de la Cámara Agraria a lo largo de un acto especial en el que estarán presentes los mejores AOVE de las diecinueve almazaras ubicadas en la Región.
El Gobierno regional, junto con la Marca de Garantía Aceite de Madrid falló en febrero pasado este concurso, el primero en el que los propietarios de olivos en producción de la región han podido optar a que su ejemplar sea reconocido como el mejor de la Comunidad. El objetivo es difundir la cultura del olivo en la región y reconocer la presencia de estos árboles como un valor indispensable de su territorio.
Sobreviviente a la Guerra Civil
El jurado, compuesto por expertos en olivicultura y en fotografía designó como ganador a este olivo de Morata de Tajuña, ‘El Perdigocho de la Cárcava’, cuyos tres pies suman un perímetro de 7,10 metros. Se trata de uno de los pocos olivos que sobrevivieron a la Guerra Civil en la zona, que sufrió uno de los frentes de batalla a pocos kilómetros. El olivo se encontraba cerca de un camino frecuentado por las tropas, que utilizaban los troncos de estos árboles para hacer leña, colocando una granada en su base para descuajarlos.
Este superviviente ha llegado a su actual dueño —Juan Luis de la Torre y de las Heras— pasando de padres a hijos en la misma familia, al que se entregará un diploma que acredita la condición del árbol como el Mejor Olivo Monumental de la Comunidad de Madrid 2014.
Cinco finalistas
Los otros cuatro olivos que llegaron a la final están en Carabaña, Moraleja de Enmedio y Villa del Prado. Los cinco olivos finalistas suman 960 años y tienen una producción media de 50 kilos anuales.
Todos los olivos presentados al concurso tenían que estar en producción —por lo que se no se incluyeron los olivos salvajes, acebuches, abandonados de cultivo u ornamentales— y estar en su emplazamiento original, excluyendo aquellos que han sido trasplantados en edad adulta.
