En el marco de la exposición en torno a Arzak que están llevando a cabo en San Sebastián en Museo San Telmo y el centro de cultura contemporánea Tabakalera, este próximo domingo, 14 de abril, se va a celebrar un encuentro gastronómico colectivo en colaboración con el proyecto solidario Zaporeak.
De este modo, desde las 11:00 y hasta las 15:00 del domingo, Zaporeak instalará una carpa solidaria en la Plaza Zuloaga para que cualquier persona pueda participar en este encuentro culinario para cocinar, y ofrecer a la ciudadanía para su degustación, el plato favorito de Juan Mari Arzak: los huevos fritos con pimientos de piquillo.
Ese mismo plato ha servido también de argumento para la propuesta ‘Buscando los sabores de Arzak por la ciudad’ que Hostelería Gipuzkoa ha lanzado a cocineros y cocineras de San Sebastián: crear un pintxo que contenga entre sus componentes estos ingredientes —huevo y pimiento de piquillo—, y que llevará el nombre de Arzak. El objetivo de esta acción, a la que ya se han sumado más de treinta establecimientos de la ciudad, es que en un futuro cercano se asiente en San Sebastián la costumbre de pedir en los bares un ‘Arzak’, como actualmente se pide una gilda, un champi, una gavilla o una gamba a la gabardina.
Exposición sobre Arzak
La exposición Arzak. El mundo entero pintado de cuatro colores, que se puede visitar hasta el 14 de abril en Tabakalera, propone un recorrido, una experiencia multisensorial, que nos acerca al universo de Juan Mari Arzak y que, a través de esta figura fundamental del movimiento que a partir de los años 70 revolucionó la cocina vasca, nos ayuda a comprender un fenómeno que alcanzó notoriedad internacional y promueve una reflexión en torno a los valores que sirvieron de motor a la Nueva Cocina Vasca desde una perspectiva artística.
Comisariada por M. Luisa López Telleria, integrante de Jankontuak, la muestra parte de los cuatro colores de las cuatro salsas que, como luego recogería el periodista, escritor y gastrónomo Hasier Etxeberria en unos textos que sirven de hilo conductor en la exposición, según Juan Mari Arzak, distinguen a la cocina vasca de la del resto del mundo. Se trata de una rica y diversa compilación de imágenes, objetos cotidianos, obras de arte, audiovisuales, textos, testimonios, recuerdos, etc., recogidos y expuestos en la primera planta de Tabakalera.
