Tras la reunión mantenida por un comité de expertos de los 27 países de la Unión Europea, se ha llegado a un principio de acuerdo para reducir en un 16% la cantidad de sal contenida en varios grupos de productos elaborados, una iniciativa que previsiblemente será aprobada de forma oficial por el organismo europeo en […]

Tras la reunión mantenida por un comité de expertos de los 27 países de la Unión Europea, se ha llegado a un principio de acuerdo para reducir en un 16% la cantidad de sal contenida en varios grupos de productos elaborados, una iniciativa que previsiblemente será aprobada de forma oficial por el organismo europeo en los próximos meses.
 

Por unanimidad, todos los estados miembros han dado su apoyo a la disminución del uso de sal en los alimentos, reconociendo que en términos generales la población europea realiza un consumo demasiado elevado de este elemento, un tema que preocupa a las autoridades por su estrecha y sobradamente demostrada relación con la mayoría de los problemas cardiovasculares y de hipertensión.

Actuación oficial en varios frentes

La reducción de ese 16%  acordado por la UE es un objetivo planteado para ser cumplido a lo largo de los cuatro próximos años, para lo cual se actuará en dos aspectos fundamentales: uno de fondo, fomentando la educación nutricional de los consumidores y otro de forma, regulando la producción de la industria alimentaria para reducir el contenido de sal en los productos elaborados, que por su dependencia de esta sustancia como elemento clave en la conservación, son los que más cantidad de este producto aportan a nuestra dieta.
  
En el caso de España, los productos más destacados por su elevado aporte de sal, además de los platos preparados o pre-elaborados, son el pan, los embutidos y el queso.