Según el Instituto de Política Familiar (IPF) en su informe con fecha septiembre de 2015, uno de cada cinco españoles es mayor de 65 años o lo que es igual, un 18,5% de la población pertenece a esta franja de edad.
Según ainia centro tecnológico, el informe Challenges and Opportunities in Targeting the Senior Consumer de Euromonitor Internacional refleja que en todo el mundo la población de personas con una edad superior a 60 años alcanzó los 912 millones en 2014 y la tendencia es que este sector de la población aumente, ya que la esperanza de vida continúa creciendo a razón de 1,3 años cada cinco años en nuestro país. El resultado es un conjunto poblacional con poder adquisitivo y unas necesidades alimentarias y nutricionales específicas a los que la industria alimentaria tiene que dar respuesta.
En España, el mantenimiento del estado físico y mental es la principal preocupación para el 80% de los españoles después de la jubilación, según datos de Nielsen. La preocupación por la salud adquiere más relevancia a medida que va pasando el tiempo.
Salud
Según Lu Ann Williams, jefe de Investigación de Innova Market Insights, muchas de las personas que pertenecen a la generación de los 50 plus, los también llamados Baby Boomers en Estados Unidos, tienen al menos una enfermedad crónica y entra ellas destacan las artritis (50%), la hipertensión (34%) y la enfermedades cardíacas (32%). Por otro lado, el informe Leatherhead Food Research destaca el efecto de la osteoporosis en la salud mundial de las mujeres con más de 50 años.
Con este planteamiento, y según ainia centro tecnológico, no es de extrañar que sean los alimentos funcionales los que encabezan las preferencias de los Baby Boomers y de estos, los más solicitados son los productos de naturaleza láctea. Los más mayores buscan productos con calcio que potencien su resistencia ósea o alimentos enriquecidos con riboflavina, que mantiene la función nerviosa y por tanto reduce el riesgo de padecer demencia. También los Baby Boomers buscan productos cardiosaludables con contenidos reducidos de sal y grasas y/o ricos en Omega3 DHA. Al menos esto es lo que refleja el estudio Canadean.
Sin olvidar los productos alimenticios considerados anti-edad. Los Baby Boomers tienen preferencia por los productos frescos y aumentan el consumo de pescado, fibra y buscan frutas y jugos de frutas que aporten antioxidantes y vitaminas en su dieta, o incluyen el consumo de té en sus rutinas de alimentación por sus propiedades antiaging. Al tiempo, rechazan cada vez más los productos procesados.
Productos premium
En los países desarrollados encontramos que los mayores de 50 tienen un nivel de ingresos superior al de otros públicos. A ello se une la falta de cargas familiares e hipotecarias. Esto implica que puedan permitirse una tendencia de consumo enfocada a los productos gourmet y los vinos y caldos de alta calidad.
Como detalle, los Baby Boomers están dispuestos a pagar más por alimentos premium, saludables y de características especiales, siempre y cuando confíen en sus propiedades.
Canales tradicionales
Según Nielsen, alrededor del 37% de los encuestados a nivel mundial de entre los mayores de 50 años ya realizan algún tipo de compra de alimento online, pero la mayoría sigue prefiriendo los canales tradicionales y las compras en el supermercado. Sin embargo.
Las oportunidades
Aún queda mucho por hacer para satisfacer a los 50 Plus. Contrariamente a lo que podríamos pensar, este grupo generacional no se siente representado ni atendido por los fabricantes. Al menos eso apunta la consultora Nielsen, que en su Encuesta Global sobre el envejecimiento refleja que el 51% de los encuestados dentro de la franja de los mayores de 50 no piensan que la publicidad de los productos los tenga en cuenta, ni que el etiquetado de los productos se adapte a sus necesidades.
Según los datos de Nielsen para España, el 55% de los mayores de 65 años considera que aún es complicado hallar en lineal productos con etiquetas fáciles de leer para las personas mayores; el 53% advierte de la dificultad que encuentran en localizar productos alimenticios con información clara en los envases enfocada a un consumidor senior o con cantidades más pequeñas adaptadas a sus necesidades de consumo.
