La edición 2015 de EnoFestival ya tiene fecha y primeras bandas confirmadas. Será el sábado 11 de abril en el Círculo de Bellas Artes de Madrid con un cartel tan ecléctico como de costumbre, que de momento incluye bandas como Airbag, Tulsa, Pablo und Destruktion y The Free Fall Band.

Manteniendo el formato de ediciones anteriores —un evento que combina música independiente con cultura del vino— los conciertos de las bandas se intercalarán con catas y degustaciones de vinos de diversas bodegas y denominaciones de origen que apuestan por acercar su cultura a la gente más joven.

En su cuarta edición, el EnoFestival regresa al Círculo de Bellas Artes pero con una importante novedad, ya que este año el evento ocupará toda la segunda planta de este histórico edificio: el Salón de Baile y el Teatro Fernando de Rojas, espacios que de doce del mediodía a una de la mañana se llenarán de música en directo, DJs, degustaciones, catas y gastronomía.

Aun con muchas novedades musicales y vinícolas por confirmar, estos son los cuatro primeros nombres que protagonizarán el evento de música y vino del año:

  • Airbag. Una de las bandas favoritas del festival. Tradición punk rock, energía y el secreto de la resistencia en píldoras que son todo un manual de supervivencia ante rupturas, seres inanes y esa sombra gris que amenaza a veces con invadirnos. Airbag son atemporales, pero en 2015 estrenan disco.
  • Tulsa. Ha resumido toda una teoría filosófica en nueve canciones, y de paso ha creado el que ya es uno de los mejores discos del 2015. Letras que son arañazos y a la vez tiritas; que duelen y sangran y curan y recomponen y nos alteran y tranquilizan al escuchar, de una psiquiatra como ella, que no estamos locos (o, al menos, no solos en ello).
  • Pablo und Destruktion. El último genio que vino del norte. Pablo es tan incómodo como necesario y adictivo, como un vino añejo. Dice él mismo que es una persona abierta y habladora, que coge confianzas rápido y se enfada mucho cuando alguien falta a la verdad.
  • The Free Fall Band. De primeras parecen los típicos niños prodigio, jóvenes, guapos y talentosos. Seguramente eran buenos en matemáticas y supieron compaginar sin traumas varias actividades extraescolares. Es posible que para quien les conozca no sorprenda tanto el laberinto sonoro que construyen en Elephants Never Forget o su más reciente The Münster Sights.