Con motivo de las altas temperaturas registradas en los últimos meses y la ausencia de precipitaciones, este año comenzará antes de lo previsto el ‘envero’ —momento de maduración en el que las uvas comienzan a tomar un color rojizo o dorado— en la Ribera del Duero.
Este proceso supone la cuenta atrás hacia la vendimia, ya que marca la maduración óptima de la uva antes de su recogida. Un periodo natural que conforma un crisol de colores en los viñedos: las variedades tintas se colorean de tonos rojos y azulados, mientras que las uvas blancas lo hacen a rubias o amarillas. Lo que hace especial este envero es que desde el año 2005 no se registraban temperaturas tan elevadas, adelantando en casi diez días esta época tan decisiva para el ciclo vital del viñedo.
Se prevé una cosecha con rendimientos más bajos de los habituales en Ribera de Duero, lo cual redundará en la calidad del fruto, esperando una de las mejores cosechas cualitativamente hablando de las últimas décadas.
Envero y aclareo, de vital importancia
Al mismo tiempo, en esta época del año se realiza también el “aclareo”, que supone la eliminación de los racimos que no son óptimos para mejorar la maduración de la uva restante. De este modo la cepa ofrece más recursos a las uvas seleccionadas. En el caso concreto de Bodegas Protos, uno de los referentes de la zona, la filosofía es sacrificar cantidad pero asegurar la calidad que caracteriza a sus vinos. En 2017 éste proceso habitual será más limitado, debido a la reducción de cosecha ya provocada por las fuertes heladas sufridas a finales de abril.
Tanto el envero como el aclareo son dos procesos de vital importancia que determinan la calidad de nuestros futuros vinos y visualmente, es un fenómeno atractivo para los apasionados del vino que aprovechan estos días para acercarse más a la propia cultura del viñedo.
Protos, bodega pionera desde 1927, se ha convertido en una marca altamente valorada en los mercados internacionales y se comercializa en noventa y tres países de los cinco continentes. Gracias a sus nuevas instalaciones diseñadas por el prestigioso arquitecto ganador del Premio Priztker Sir Richard Rogers, se sitúa también a la vanguardia en el panorama vitivinícola y enoturístico, convirtiéndose en la bodega más visitada de la Ribera del Duero.
