Desde siempre, en Asturias se trabaja la tierra de forma tradicional y con mimo, para recolectar, entre otros productos, la tan particular faba asturiana, una legumbre con unas cualidades únicas, una piel más fina y una textura inigualable. Como se la ha definido en toda España e internacionalmente, una faba “que es pura manteca”.
La faba asturiana o fabes de Asturias forman parte de los cultivos que tradicionalmente se han producido en la región. Referencia a este cultivo se encuentra en el estudio de la Sociedad Económica de Gijón, publicado en el siglo XIX, donde se menciona desde distintos aspectos a los cultivos más característicos de esta región como las fabes, maíz, etc., que constituían los principales recursos de las zonas rurales.
De este modo, la faba asturiana es la protagonista del plato magistral de la gastronomía asturiana, la fabada. Sin embargo, como ya apuntaba la Condesa de Pardo Bazán, “para la exitosa preparación de cualquiera de los platos que reciben este nombre o sus variantes no es suficiente con el uso de alubias blancas o judías secas; se hace necesaria la utilización de productos de la región, y principalmente de la auténtica Faba Asturiana, también denominada ‘del cura’ o ‘de manteca’. Se trata de alubias blancas, de tamaño relativamente grande y de forma arriñonada, muy suaves de piel y mantecosas al paladar cuando están bien cocidas; al remojo previo, aumentan considerablemente su volumen”.
En definitiva, un producto que en la cocina da lugar a platos como estas Verdinas de Asturias Marca de Garantía con Salmón, una receta de Blanca Menéndez (Casa Lula, Tineo) ofrecida por la IGP Faba Asturiana
Verdinas con salmón
INGREDIENTES
- 1/2 kilo de verdinas
- 300 g de salmón
- Aceite de oliva
- Vino blanco
- Cebolla
- Puerro
- Pimiento Verde
- Ajo
- Perejil
ELABORACIÓN
Antes de nada, el día anterior ponemos a remojo las verdinas.
Al día siguiente las estofamos con un chorro de aceite, un chorro de vino blanco, cebolla, puerro y pimiento verde.
Mientras va cociendo, troceamos el salmón en dados. En una sartén con un poco de aceite sofreímos ajo, perejil y rehogamos el salmón y, cuando se encuentre al punto, añadimos un chorro de vino blanco y reservamos hasta que las verdinas estén cocidas.
Cuando las verdinas estén hechas, vertemos el salmón sobre ellas y dejamos que den un hervor y que repose.





