En verano, cuando aumentan las salidas fuera de casa, cenas con amigos, fines de semana en familia, tomar algo en las terrazas… las redes sociales se empiezan a llenar de divertidas y coloridas fotos de comida. Pero, ¿es tan fácil como parece llegar a conseguir esas imágenes, a veces con tanto glamour?
Como, efectivamente, no siempre es fácil conseguir un buen resultado, la marca europea de smartphones Wiko, aprovechando el Día Mundial de la Fotografía que se celebrará hoy lunes, 19 de agosto, ha querido ofrecer una serie de consejos para conseguir y compartir las mejores instantáneas de comida.
Las mejores fotos de comida
Cuidar la iluminación. Para evitar las sombras y sacar el máximo partido de nuestras suculentas creaciones es necesario cuidar la iluminación de nuestras fotos. Los principales puntos a tener en cuenta son evitar captar imágenes con luces artificiales como fluorescentes o flash, y aprovechar, siempre que sea posible, la iluminación natural desde la parte de atrás o desde un lateral utilizando, por ejemplo, la luz desde una ventana.
Protagonistas, los alimentos. Es importante procurar que las fotos no estén rodeadas de elementos que desvíen la atención como vasos, cubiertos, servilletas sucias, pan, o incluso gente. Lo interesante es centrar la instantánea en la receta y el plato que se quiera destacar y dar protagonismo a todos los ingredientes. También podemos utilizar vajillas y elementos de menaje de colores suaves para crear armonía con los alimentos y, sobre todo, antes de disparar debemos prestar atención a detalles como limpiar los bordes con salpicaduras de salsas, restos de comida…
No olvidar los ángulos y mínimos retoques. Los mejores ángulos para realizar fotos relacionada con comida y bebida son, casi siempre, los planos en picado o cenitales desde arriba. No hay que olvidar que los alimentos son el elemento donde debemos hacer foco, y tampoco abusar del zoom, ya que podría llegar a distorsionar la imagen. En cuanto a los filtros, se puede echar mano de efectos para dar un toque especial a las imágenes —jugando sobre todo con retoques como brillo, contraste o saturación—, pero recordando no usarlos en exceso, ya que el resultado puede parecer totalmente artificial.
Buscar el movimiento. Finalmente, es importante aprovechar todos aquellos elementos que podamos inmortalizar en movimiento como, por ejemplo, el líquido de una bebida mientras rellenamos un vaso o copa, el queso de una pizza derretida mientras cogemos la porción… De este modo conseguiremos añadir un interesante toque creativo a las imágenes.
