El ayuno intermitente es una estrategia dietética temporal, que se está poniendo cada vez más de moda, y que consiste en establecer intervalos de tiempo más específicos para las comidas y entre doce y dieciséis horas de ayuno al día. Dejar de comer desde las seis de la tarde hasta las 10 de la mañana del día siguiente es una de las estrategias más seguidas.
Sin embargo, según el Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas de la Comunidad Valenciana (CODiNuCoVa), esta nueva práctica, conocida como ayuno intermitente, necesitaría el control riguroso por parte de un dietista-nutricionista para evitar carencias nutricionales y el conocido efecto rebote.
“Ante la desinformación que circula por la red, debemos aclarar exactamente qué es el ayuno intermitente, que no consiste en dejar de comer, sino en comer en intervalos de tiempo más específicos. Por ejemplo, establecer intervalos de doce horas donde se organicen las comidas y doce horas donde se ayune, aunque algunos dietistas-nutricionistas proponen una ventana de ayuno de dieciséis horas y realizar las tomas en las ocho horas restantes”, explica la dietista-nutricionista Gemma Tendero, miembro del a Junta Directiva del Colegio Oficial valenciano.
El ayuno intermitente bueno
El propósito principal de esta abstinencia es, según Gemma Tendero, bajar de peso. Sin embargo, esta práctica dietética puede ir más allá: “Existen casos y algunas patologías en las que el ayuno intermitente puede resultar útil, por ejemplo, para aumentar la sensibilidad a la insulina o tratar la hipertensión arterial. Por otro lado, también sirve para controlar la sensación de apetito, además de que algunos estudios apuntan a que podría jugar un papel importante en el retraso del envejecimiento”, explica Tendero.
Pero, según los dietistas-nutricionistas, es necesario comenzar por periodos de ayuno cortos e ir aumentando poco a poco el tiempo, con el objetivo de adaptarse a esta nueva práctica. Además, en paralelo al ayuno se ha de controlar la ingesta de alimentos, optando mayoritariamente por los que sean de origen vegetal.
En algunos casos, esta práctica también se combina con una disminución de la cantidad de kilocalorías respecto a las necesidades totales, pero depende de la meta que se quiera alcanzar y de cada persona. Por otro lado, si el objetivo es perder peso sin poner en peligro la masa muscular, se ha observado que ayunos prolongados más allá de 24 horas no tienen mejoras para el organismo.
El ayuno intermitente peligroso
En este sentido, desde el CODiNuCoVa recomiendan realizar el ayuno intermitente de forma controlada y siempre bajo la supervisión de un dietista-nutricionista. “Si se hace un ayuno intermitente sin asesoramiento nutricional, puede que persistan errores dietéticos, puesto que al contrario de lo que se puede creer, esta pauta no consiste en eliminar alimentos sino en regular los tiempos de comida y el ayuno. Además, si se trata de una persona con ansiedad, puede generar más ansiedad y estrés o si se tiene poca adherencia a esta dieta puede darse también un efecto rebote, es decir, que se vuelvan a ganar los kilos que hemos perdido o incluso más”. Algunos casos en los que se desaconseja esta práctica, serían, por ejemplo, las personas que padecen o han padecido un trastorno de conducta alimentaria, las personas con tendencia al estrés y ansiedad y las personas con migrañas.
“Tampoco es una buena estrategia después de este verano en el que, como media y si no hemos seguido una dieta saludable, podemos haber engordado de tres a cinco kilos. Se trata de una pauta que ha de interiorizarse en la rutina y que ha de enmarcarse en un tratamiento dietético”, explica Gemma Tendero .
