Las pirámides nutricionales de muy diferentes culturas y épocas destacan a los cereales como alimentos básicos de la alimentación y fuente de energía. Ya desde la antigua Mesopotamia se reconocía la importancia de estos productos en sus dietas, siendo la base de su alimentación diaria.

Hoy en día los cereales, y entre ellos de forma destacada el pan, tienen un lugar privilegiado en todas las pirámides nutricionales, especialmente en la Dieta Mediterránea que recomienda el consumo de una o dos raciones por comida, en forma de pan, pasta, arroz, cuscús u otros granos y aconsejan su consumo en la variedad integral.

En la Guía de Comida Saludable Canadiense se sitúa a los cereales en el segundo escalafón de la clasificación nutricional, justo después de las frutas y verduras. La cantidad depende de la edad de cada persona, aconsejando, por ejemplo, a un varón de mediana edad su consumo ocho veces al día. Dentro de los cereales, esta guía incluye muchos desconocidos para el gran público español, como la polenta, el bulgur o la quinoa, dando a este grupo una mayor variedad.

La Pagoda Nutricional China, elaborada por la Chinese nutrition society (CNS) también sitúa a los cereales en la base de su estructura, como fuente principal de energía. Según la CNS estos productos son el pilar de su dieta en consonancia con la tradición del país, alimentación basada en el consumo de arroz y así evitar una dieta alta en grasas y carbohidratos llenos de calorías y bajos en nutrientes y fibra. Además, aconsejan una ingesta diaria de cereales en adultos de 250-400 gr y también destacan el uso de alimentos integrales y de grano entero.

Por su parte, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) remplazó en 2011 la pirámide nutricional por ‘MyPlate’, donde recogen la cantidad porcentual de alimentos que debería ingerir una persona a diario. En esta clasificación destaca el consumo de vegetales y granos, siendo estos dos tipos de alimentos los que más se deben consumir. Quizás sea un patrón alimenticio más básico que los anteriores, pero pretende ser simple y claro para el gran público. Dentro de los granos, los divide en dos subgrupos, los cereales integrales y los refinados y aconsejan el consumo de granos integrales en, al menos, la mitad de las comidas.

Estrategia NAOS

En el Rombo de la Nutrición realizado por la Universidad Complutense de Madrid se sitúa a los cereales, legumbres y derivados en el centro de esta figura geométrica, dándoles una importancia superior que al resto de alimentos con un consumo de 6-10 raciones al día. Según este estudio realizado por la Facultad de Farmacia, para que una alimentación sea sana y variada debe incluir alimentos de todos los grupos cada día y en las proporciones que marca el rombo de la alimentación. Estos alimentos se deben repartir en 4-5 tomas al día, siendo el desayuno la ingesta más importante del día para la distribución del resto de las calorías y nutrientes del resto de las tomas, con lo que no debe evitarse. Dentro del desayuno tiene principal relevancia el consumo de pan, ya que proporciona la energía necesaria para buena parte del día.

Finalmente, en la pirámide de la Estrategia NAOS (Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad) del Ministerio de Sanidad, Servicios sociales e Igualdad se sugiere que alimentos como las frutas, verduras, hortalizas, cereales, productos lácteos, pan y aceite de oliva sean la base de una dieta saludable y deberían consumirse a diario. Definen un estilo de vida sano por lo que añaden al consumo continuado de estos productos la práctica regular de actividad física. Como otras clasificaciones alimenticias la estrategia NAOS destaca que la principal función de los cereales es la energética, debido a las calorías procedentes de los hidratos de carbono. Resaltan además la importancia para la alimentación humana del consumo de cereales integrales, es decir, antes de que sean sometidos a los procesos de refinado, dado que en ellos se desechan la fibra y parte de las vitaminas y las proteínas.